Irremediablemente se iba a suscitar un desenlace
triste en una tarde lluviosa y gris, se
sentía una tristeza en el ambiente, un trágico cuento sin final y todo porque
los adultos mayores, han dejado de creer en la fantasía, de duendes y hadas,
castillos y dragones. Hoy iba ser inmemorablemente el último aliento de una
preciosa hada. Pues su humana custodiada habría dejado de ser niña y pasado a
la adolescencia; con su primer beso, fue un flechazo directo al corazón como el
primer amor que hirió de muerte a la hada. Toda la gentecilla menuda de la
naturaleza se encontraba con pena por la muerte de la hada, la que le dio a su
custodiada la belleza al nacimiento, misma belleza causal de su muerte pues la
hada le había regalado el respaldo de la belleza y el don del canto que la hizo
ser una célebre artista del pop. En sus últimos segundos de vida, se arrepintió
el hada por otorgarle ese maravilloso regalo de la belleza física y hubiera
deseado que su custodiada fuera fea para que nadie se pudiera fijar en ella. Pero,
sabiendo que, al casarse la joven, un bebe humano nacería y por ende, tras la
primera sonrisa del bebe, una hada nacería. Un ciclo de la vida que ni los ángeles
tienen derecho de intervenir, hasta que se les solicite la intervención divina
y su protección, sólo hasta eso pueden acceder a las vidas de los humanos. Fue así,
que decidió el hada, antes de dar su último aliento de vida. Prevenir que otra
hada más muer en el proceso del crecimiento de los humanos, deseo con la fuerza
de su generosidad, que su custodiada al tener un bebe este sería horrible para
que no encuentre el amor, para que su niñez no desaparezca aún de grande y sea
buena persona y generosa, con la virtud del dibujo y la facilidad de hacer
rimas, para que pudiera obtener la ayuda de los duendes y así evitar a toda
costa la ayuda de los demás humanos aunque tuviera que vivir en la completa
soledad, pero gracias a eso, se le otorgaría el don de tener contacto con la
gente menuda y los elementales de la naturaleza; haciendo por ende, mágica su
vida y que no pierda nunca la fantasía infantil que los elementales necesitan
para vivir. Y sin más remedio, la muerte la cubrió en pálidos sueños y se fue
secando lentamente ante los ojos llorosos de sus amigos los duendes y las luciérnagas
iluminaban su tumba para su eterno descanso y que su alma haga nacer un
frondoso árbol, que los humanos necesitan para respirar y vivir. Todo en está
vida, mis lectores hay un equilibrio perfecto y nada es por casualidad, la
naturaleza crea obras maestras para que ambos planos místico-divino se
equilibren en el planeta Tierra y así, allá la perfecta armonía. Necesitamos en
estos tiempos, más cuentos de fantasías y mágicas sorpresas que hagan vibrar
nuevamente a los corazones de añoranza, para revivir la felicidad cuando eran
niños y podían ver y jugar entre las hadas que revoloteaban alegremente alrededor
de los niños con las travesuras de los duendes que eran tan divertidas. Así, su
custodiada creció, se hizo adulta y como lo había planificado el hada antes de
su muerte. Ella se casó, y se embarazó, supo que iba a tener una niña, lo supo
por medio de sueños extraños y aunque no podía percibir el rostro de quien
sería su niña, estaba encantada y segura de que su hija no sufriría de mal de
amores puesto que seguramente sería igual de bonita como su madre lo fue de
niña. Pero algo no marchaba bien en su embarazo, estaba complicándose y tenía
la amenaza de aborto. Ella lloraba por su infortunio y fue a visitar a su
abuelita que desde niña no había visto. Al estar en su casa, empezó a mejorar
su salud, pues su abuelita sabía remedios naturales que como si fuese obra de
magia, se sentía llena de energía por sus deliciosos tes que le preparaba su
abuela desde niña y recordaba los olores, y ese olor, le hizo que recordara
sonidos, como el de la melodía tierna que salía de un alhajero con su bailarina
donde guardaba celosamente sus pulseras que hacía con conchitas de mar. Subió al
ático para buscar su alhajerito, regalo de siete años. Recordaba que de niña le
gustaba el ballet y le gustaba el cuento del cascanueces y su hermosa melodía. Encontró
sus cosas muy bien cuidadas y no se veían estropeadas aun con el paso del
tiempo. Encima del baúl, había escarcha dorada. De niña, le gustaba hacer manualidades
con esa bonita diamantina de colores, además recuerda entre sueños que una voz
femenina le hablaba cariñosamente pero no recordaba exactamente que era. Bajo su
cajita musical del ático, con mucho dolor bajaba y con cuidado de no caerse,
entro a su antiguo cuarto; su abuela aún conservaba sus antiguas muñecas de
colección, incluso esa marioneta de payaso que le regalo su padre antes de
morir, pero nunca le gusto y aun de grande sentía que esos ojos la espiaban. Guardó
el payaso en el ático y lo encerró en su baúl, pues aún le daba miedo, sintió
como si algo tocaba dentro del baúl, y tuvo miedo, se apagaron las luces, se
incorporó rápidamente y bajo corriendo, pero por las prisas que llevaba resbaló
de las escaleras y se calló de sentón. Cómo pudo logro levantarse y fue a
recargarse en la pared, de repente pudo ver una cajita de madera que desde niña
guardo de bajo del primer escalón de la escalera que estaba rota. Se agacho y
se llevó la cajita al sofá, ahí guardaba
sus últimos dibujos antes de que se mudara. Los miro con melancolía y se
asombró al ver sus dibujos de hadas y entonces pudo recordar a su amiga la hada
y de reojo sintió unos pasillos que corrían de la cocina a esconderse en el
rincón donde tenía guardada su cajita, era su secreto celosamente de niña y vio
un dibujo sorprendente, pareciera que su esposo era aquel príncipe azul de sus
dibujos, pues tenían ciertas características que claramente le identificaba. Sonrió
y lo guardó en su bolso, fue su cuarto
para dormir y sorpresivamente, encontró la marioneta del payaso recostado en su
cama, tuvo miedo. Volvió a repetir la misma acción, subir al ático y encerrar
el payaso en el baúl. La luz se volvió a apagar, y el miedo le corría por las
venas, nuevamente se escuchaban golpes en el baúl, pero está vez bajo de prisa,
sin fijarse como pisaba los escalones y se cayó. Se levantó con un dolor en el
vientre pero se le pasó, no le dio importancia porque escuchó el timbre y era
su esposo que llegaba de un viaje que le
duro un mes pero parecían eternos para la joven que decidió visitar a su
abuelita para no sentirse sola. Amorosamente se abrazaron y emocionadamente, le
enseñó aquel dibujo que de niña hizo hace muchos años. Su esposo se asombró por
las características tan parecidas en el dibujo y miro perdidamente la imagen y
entre una extraña visión, los dibujos cobraron movimiento se acercaron y se
besaron. Era una locura, probablemente se encontraba cansado por el largo
viaje, pero sonrió y beso a su esposa. Entre reojo vio el payaso sentado en la
mecedora, pero no hizo ningún comentario al respecto aunque no pudo evitar
sentir escalofríos pues precia que lo miraban malvadamente con sus ojos de malicia,
pero suspiro profundamente antes de permitir que tuviera paranoia ocasionada
por un muñeco extraño. La abuela de la joven se empezó a sentirse enferma y tosía
demasiado, tanto hasta dejarla en camada. A media noche, la muchacha oyó llorar
a un niño cerca del cuarto de su abuela, estaba en cuclillas y cubría su cabeza
con sus manos, pensó que se trataba del hijo de la vecina y se acercó a
consolarlo, y al mirar la cara del niño se asustó al ver que era un enano
anciano, se enjugo sus lágrimas y mentalmente, le dijo a la muchacha que ya
descansaba en paz y que su alma había partido al mundo de las hadas, y su hada
madrina que tuvo de niña la vino a recoger ya que su abuela nunca había perdido
esa chispa de fantasía porque a pesar de su ancianidad seguía teniendo fe en
las hadas y en los duendes. Pues su abuela había sido bruja y ya había
terminado su misión, por eso las hadas habían venido a recogerla y que no había
sufrido, se fue tranquila a un plano espiritual más elevado que el que se van
los humanos, se convertiría en una hada reina y ya estaba destinada para
custodiar a un nuevo bebe que nacería pronto. Escuchado esto, corrió a ver a su
abuela que yacía muerta pero su rostro figuraba un semblante tierno y realmente
parecía que descansaba en paz. Miro a la puerta y el extraño ser ya no estaba,
ahora a ella le toco contemplar el funeral de su querida abuela, toda la gente
del pueblo se consternaba y se entristecía por el desenlace de la anciana muy querida por todos, y su entierro fue
bello, místico y mágico, los árboles se desojaban, marcaban el inicio del
otoño, de un otoño triste y era la entrada de un equinoccio, las mariposas
adornaban la tumba, las cigarras se escuchaban tristes y se escuchaba a lo lejos
el tintineo de unas leves campanillas. Entonces el tiempo transcurrió, vivir en
casa de la abuela ya no era tan lindo, recordaba melancólicamente como su
abuela le hacia esas galletas de avena que tanto le gustaban, pero pronto recordó
que se robaba unas galletas y subía al ático un vaso con leche, prendió la
televisión y estaban pasando una caricatura animada de las hadas, miraba
atentamente y recordaba a sus amigas supuestamente imaginarias, que jugaba con
unos niños que no pertenecían al barrio pero recordaba que eran algo feo, tenía
miedo de ellos pero a la ves sentía un aire de confianza y hasta le parecían agradables.
Muchos recuerdos pasaban en su mente, pronto recordó el anillo que guardaba su
abuelita y que nunca usaba pero de niña veía que a solas lo sacaba y lo
acariciaba lentamente. Buscaba a ciegas el anillo, no tenía idea donde se
encontraba, pronto sintió un revoloteo como de pájaro entrar al armario de la
abuela, pero la ventana estaba cerrada y no había modo de que un ave despistado
entrara, pero eso hizo centrar su atención en el armario y encontró el anillo,
lloro desconsoladamente y se puso el anillo. Perdió el conocimiento y no supo
de ella hasta que despertó en la sala de urgencias de un hospital, su bebe
nacería a los siete meses, nada estaba planeado, ella lloraba por su bebe… sin
embargó todo termino, y tuvo cesaría pero no hubo más complicaciones ms que
naciera la bebe prematura pero sana aunque tuvo que mantenerse en la incubadora
por unos días. Las cosas marchaban a su ritmo, pronto dieron de alta a la
muchacha con su bebe, pero algo sorprendió al matrimonio, la niña había nacido
con un síndrome extraño, con el síndrome down y una ligera mal formación en su
rostro, la muchacha lloro por el infortunio que le esperaría a la niña de
grande, que no iba encontrar el verdadero amor como ella lo encontró, bella e
inteligente pero su niña con ese defecto que le hizo aborrecer a su propia hija
y presentaba síntomas de depresión posparto y no podía resistirlo, se sintió decepcionada,
su esposo no le daba crédito el asco que su esposa tenía por su bebe, que tanto
tiempo lucharon por tener un lindo bebe. El padre de la niña descubrió en ella,
una belleza interna y además era muy inteligente, pudo observar que mientras
crecía la niña su madre se volvía cada vez más desinteresada en cuidarla, no la
quería. Por su culpa había dejado el canto y perdido esa vida de estrellato que
tenía, discutía con su esposo y le reprochaba el mal de la niña culpándolo; sin
embargo, el padre vio un dibujo diferente a los que su hija acostumbraba
dibujar mientras rimaba canciones que ella misma inventaba y más bien parecían conjuros
que cada que decía uno, algo extraño sucedía y lo que predecía la niña se hacía
realidad. Su padre doblo el dibujo y lo guardo depositándolo en un buro de su
oficina, pero se olvidó de eso. Pero mientras su esposa limpiaba el despacho,
encontró el extraño dibujo que había hecho su hija, ya que está había dibujado
a su padre con la maestra y ella… se encontraba flotando en el cielo, no pudo
resistirlo y huyó de casa, abandonando a su familia, se estrelló en su coche
justo antes en el kilómetro 13 de una avenida maldita donde se veían fantasmas
de payasos y en el retrovisor vio esa marioneta de payaso que hizo perdiera el
control y se impactara en un poste que le hizo morir en el instante. FIN!
Después de todo estás escondida, espiándolos. Viendo cómo se besa con tu mejor amiga y ahí están, acariciandoce y seguro no están hablando de ti y tu lloras desconsoladamente con lágrimas torrenciales que caen a tu pecho adolorido y te duele imaginar que todas esas confesiones eróticas a tu mejor amiga que tenías con tu novio, iban hacer el detonante para que tu novio te tronara y tu amiga lo fuera a buscar, para ver si eran cierto esos besos esas caricias que a ti te hacia. Tus ojos están rojos de tanto llorar, aun no puedes digerir la idea de esa carta "misteriosa" que te llego en anonimato con la letra de tu mejor amiga diciéndote la verdad y hasta donde los encontrarías justo ese día. Te dio risa pues tu ya conoces todo de ella hasta su forma de escribir e ingenuamente creería que no te ibas a dar cuenta. Sin embargo, pensaste que se trataba de una broma, ¿verdad? Una inocente broma de su parte, pero sorpresa que fue verdad, vaya hipocresía. No ob...
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