LOS CUENTOS ESTRAMBOTICOS DE ANA KAREN

    Por la petición de una amiguita, que me ha contado su historia y la versión de cómo ve a su vecina y referencias de sus demás vecinas, me ha salido está cosa curiosa que parece  cuento sacado de un libro infantil, pero consterna a los niños de su colonia. Más para su desahogo y desquite me lo ha contado. Con gracia de la bufa y mofa la moraleja pero vale la pena publicarlo aunque sea realmente muy corto, y he aquí el resultado... Tengo una vecina que siempre saca su escoba a las tres de la mañana, poniéndola "patas arriba", por si en algún momento tiene que salir de urgencia a comprar unas ancas de rana o un bocado para la botana de las seis, mientras prepara su artilugio y escriba en su gran libro.    Cuando sale el sol, está coge su escoba y se pone a barrer espantando sus malos aires pero lo curioso es que las cuerdas de la escoba nunca tocan el piso, la gente que la ve le dice: -"Julia, no barras el aire"-, pero Julia no hace caso porque l...

   Cierta ocasión caminando por el parque sentí una sensación de cosquilleo en mis manos, que me orilló a desviarme del camino a internarme para buscar una banca lejos del lugar donde pasaba la gente. después de un rato encontré el lugar perfecto para descansar, así que me senté y prendí la música de mi celular. Quería cerrar mis ojos pero me percate que no estaba sola. Había un anciano sentado a mi lado, cabizbajo, triste y solitario. Recogí mis cosas a un lado pero seguí sentada, y me dio lástima de la situación penosa del anciano que tenía los ojos llorosos y medio suspiraba. Sólo aguardé ahí, sin preguntar y el viejo hizo por hablar; sólo escuchaba y empezó a interesarme su historia y fue así que decidí escuchar en silencio mientras me narraba su triste rapsodia de amor.    Hace muchos años precisamente, un chamaco lleno de alegría, con mucha vida por delante y muy estudioso era popular entre las jovencitas. Quiso dejar a un lado los d...