Una vez, pidieron una tarea en la escuela de un tema abierto para escribir y me quede tonta con la idea de esa tarea y todo el día me temblaba la mano. –“Oye, ¿Por qué estás nerviosa?”-, me pregunta uno de mis compañeros, -“Por la tarea que dejaron, tenemos que escribir a mano la tarea.”- Mi amigo no se explicaba el porqué de mi temor por hacer una tarea escrita cuando todas las tareas las hacíamos comúnmente eran en la máquina de escribir, convencida de hacer la tarea me propuse concentrarme, -“Caren”-, sólo oía que mis compañeros nombraban mi nombre y no hacía caso, estaba preparándome para concentrarme a escribir el tema libre que había pedido el maestro y esta vez, ningún espíritu me impidiera concentrarme en hacer mis obligaciones mundanas. Pero de pronto, sentí una curiosa presencia a mi lado cuando estaba mordiendo mi lápiz, era “un niño” y me prestaba una “moneda”, para que me comprara algo de comer y por más que le decía que se fuera no se iba pero pronto cedió pero me dejo ...
Storytelling