Una vez, pidieron una tarea
en la escuela de un tema abierto para escribir y me quede tonta con la idea de
esa tarea y todo el día me temblaba la mano. –“Oye, ¿Por qué estás nerviosa?”-,
me pregunta uno de mis compañeros, -“Por la tarea que dejaron, tenemos que
escribir a mano la tarea.”- Mi amigo no se explicaba el porqué de mi temor por
hacer una tarea escrita cuando todas las tareas las hacíamos comúnmente eran en
la máquina de escribir, convencida de hacer la tarea me propuse concentrarme, -“Caren”-,
sólo oía que mis compañeros nombraban mi nombre y no hacía caso, estaba preparándome
para concentrarme a escribir el tema libre que había pedido el maestro y esta
vez, ningún espíritu me impidiera concentrarme en hacer mis obligaciones
mundanas. Pero de pronto, sentí una curiosa presencia a mi lado cuando estaba
mordiendo mi lápiz, era “un niño” y me prestaba una “moneda”, para que me
comprara algo de comer y por más que le decía que se fuera no se iba pero
pronto cedió pero me dejo la moneda en mi butaca… era una onza de plata y eso
me hizo atragantarme de la impresión –“¿Duende?”-, pregunte y escuche una
agradable sonrisa a lo lejos, eso me hizo alejarme del aula, pero un amigo que
estaba espiándome veía que hablaba a solas y le daba escalofríos. Pero le gano
la curiosidad y quiso seguirme, hasta que pronto choque con un árbol y caí de
sentón, estaba aturdida y veía estrellitas, pero estaba mi amigo de tras y me
ayudo a incorporarse: -“Oye, ¿te encuentras bien?”- A mí me dio mucha vergüenza
y me aleje diciéndole: -“¿Sabes que no es bueno espiar a las mujeres?”-, le
dije con mal talante, -“¿Pero no estás en el baño de mujeres? Mira lo que te
traje.”- Le decía su compañero enseñándole la onza de plata que había encontrado
tirada en el piso y se rasca la oreja izquierda, -“No es tan conveniente tirar
Onzas de Plata en donde sea.”- Le decía ingenuamente y Caren empezó a reírse y
a tallarse los ojos para aclarar su vista, -“No recuerdo a verte visto antes en
el salón de clases, ¿Quién eres? Igual ya no puedo comprar nada el tiempo se agotó.”-
él quedó extrañado, -“Pero me he sentado siempre de tras de ti, todo este
tiempo”-, Caren no recordaba en absoluto: -“¿Eres Demóstenes?”- le pregunto, -“No,
yo soy…”- suena por segunda vez el timbre de la campana –“bueno me lo dices
después”- Y ambos corren al salón. –“Oye Caren, dile a alguno de tus amigos que
te escriba tu tarea, no vayas a invocar a algún demonio cuando lo estés
escribiendo.”- Caren lo miraba crudamente con ojos de odio profundo y con esa
simple mirada parecía maldecir a las personas, le empezó a doler la cabeza y
paro negándose: -“¿No qué?”- Ella veía sombras a espaldas de su compañero, no
era la primera vez, pues seguido la criticaba y hacía cosas. Una vez, echaron
bomba de humo a los baños de los hombres cuando Roger, se encontraba atorado y
enfermo en el baño por tanto chile que comía con zanahorias, le echaron la
culpa a Caren, cuando ella no había sido, sino los mismos compañeros del salón
pues ya estaban fastidiados de la conducta majadera y grosera de Roger haciéndole
pagar una lección; sin embargo, Caren era la única que no le hacía nada y tenía
extrema paciencia con él, ya que muy en el fondo, sentía algo especial y le
daba lástima por las sombras que cargaba encima, ya que esas sombras eran sin
alguna duda lo que hacía que él hiciera esas travesuras y eso le daba pena
aunque no podía evitar lanzarle esas miradas crudas, solo para poner distancia.
Pero esta vez que había entregado la tarea, la culpa fue señalada directamente para
Ana Caren, el maestro de inglés estaba recogiendo sus trabajos: -“Está tarea…
¿está escrita en inglés como debe de ser, verdad? (Ana Caren asentía
positivamente con su cabeza) bueno, está bien. Según tu desempeño y creatividad
será tu calificación a partir… de cero. ¿Lo sabes, verdad?”- Ana Caren lo
miraba frunciendo las señas y el maestro se agarraba de las manos con tono sarcástico
para ella, -“Bien, bien, sólo por esta vez… hasta que revise tu tarea veremos.”-
Ana lo miraba y por más que le observaba no entendía por qué ese maestro de
inglés se empecinaba en hacerle la carga más pesada porque de por si su vida ya
era nefasta, se rascaba la cabeza como para indagar en sus pensamientos. Y sin
embargo el compañero de atrás terminaba presenciando cada detalle de lo que le
pasaba a la joven y le dolía y sentía empatía. Roger volvió a jalarle el
cabello a Ana y está le lanzo una maldición en una rara palabra y sintió escalofríos
y se ergio de los hombros y se sentó, pero pronto la mochila voló, se abrió y
botaron todos sus útiles estrepitosamente al suelo hasta un cuaderno fue a
darle en su cabeza. Ana Caren se llevó las manos a su cadera. –“Ya Basta”-
Gritaba, todos se dieron cuenta esa tarde, guardaron silencio en orden y nadie
dijo nada de lo que había ocurrido. Pronto el compañero que seguía a Ana Caren
empezó a escuchar llantos, -“¿Caren?”-, se preguntaba. –“Oh no, Caren está
llorando.”- he hipnotizado por ese llanto desde su cabeza fue rumbo al parque
con esperanza que seguramente encontraría a su compañera. Efectivamente la
encontró, ahí sentada en una banca llorando y se sentó; en su reloj marcaban
las seis de la tarde y suspiro y se sentó a lado de su compañera. –“¿Me vas a
decir tu nombre?”- Se reía él muchacho con ternura… -“Claro, yo soy…”-, una parvada
de pájaros se escuchó en el anchuroso cielo oscuro de la noche, pero Ana no
alcanzó a escucharlo y le dio pena volver a preguntar. En esa misma noche, el
maestro estaba revisando las tareas de su grupo y paso a dejar en reserva la
tarea de Caren por que le daba pavor esa alumna; sin embargo, concentrado llegó
a la tarea de Ana y sin remediarlo, empezó a revisarla, la portada estaba bien
pero por coraje Caren nunca escribía correctamente el nombre del maestro y este
le molestaba, sin leer la tarea le iba calificar con un cinco, sin embargó una
hoja se desprendió y le pareció extraña su escritura que de repente había
escrito en manuscrita cuando Caren no sabía ni escribir bien el español. Un
torrente de escalofríos le invadió por todo el cuerpo, pero al prestarle
atención a las notas descubrió que estaba escrito en latín y se estremeció aún
más, transcribiendo las palabras normales con su letra tuvo que usar un
diccionario antiguo para traducir su significado. Más se asustaba cuando iba
descubriendo el significado del contexto y lo que decía, en esta señalaba la
historia de una bruja que fue torturada por la santa inquisición, estirada de
brazos y piernas por dos caballos pero sin matarla para que hablara, estirado
sus pezones con pinzas, pero cómo aun
así, no hablaba ni decía nada de sus compañeras, está fue condenada a la
hoguera quemada viva, pero también escribió las maldiciones que dictaminó la
bruja como último suspiro. El palideció por el susto se fue por atrás haciendo
que la silla se rompiera y al escribirle un cinco rotundo y remarcado, sus hojas
volaban al piso y esta vez no había ráfagas de viento en la habitación. Por su
parte, Ana Caren estaba platicando con su compañero y reía y se divertía con la
plática hasta que ambos se dieron cuenta que eran las tres de la mañana, -“bueno,
andemos a nuestras casas. Es la hora maldita y no quiero tener broncas con
algún ente espectral”-, ella se reía mucho como si estuviera loca, al entrar a
su casa los duendes se guardaban como asustados y se asomaban a verla
extrañados de su comportamiento, ella no los veía pero en sí los sentía pero no
entendía por qué la extraña actitud de
ellos hacia a ella. –“¿Qué, no puedo tener amigos? (les preguntaba molesta) bueno
está bien, por algo no los tengo.”- decía molesta y se aventó a la cama, así
paso cuatro meses sin tener problemas, sus compañeros habían quedado ya
asustados por el acontecimiento de la mochila de Roger. Ella solitaria, siempre
igual pero algo hacia que hablara y se viera agradable para sus compañeras y se
le acercaban cómo si fuera una alumna nueva y podía convivir con los demás. Hasta
que pronto, sintió la ausencia de su amigo cuando el maestro de inglés la mando
a sentarse en el pupitre de los castigados y era donde su amigo se había
sentado hace tiempo, -“¿Cómo?, (decía), hace cuatro meses que le hablo y nos
llevamos muy bien, e incluso me ayuda con la tarea y por él he obtenido buenas
notas y a veces hasta me dice las
respuestas y después me las explica”-. Cuenta Caren –“Cuándo hacen los cuestionarios
de la tarea de Historia, ¿Leen primero las páginas que deben de leer para poder
contestar?”- Caren no había pensado en eso y miraba como diciendo un no
extrañada y de esa misma manera le empezaron a explicar con preguntas para
hacerla reflexionar, hasta que calló en cuenta de lo que había pasado. –“Maldita
costumbre, los muertos son aún más agradables que los vivos”- Y el maestro de
inglés le pidió que hablaran. –“Él era mi sobrino, se murió de un ataque en el
corazón en este salón. Odiaba historia; sin embargo, a ti te ayudaba mucho,
siempre lo sentaba ahí atrás y por ello nadie en estos tres años en curso se ha
sentado en esa butaca, pero tampoco, por respeto y a recuerdo de su memoria no
la sacamos del salón.”-Caren sintió que se desmayaba y despertó en la sala de
sanidad de la secundaria. –“Amiga, perdón. Pero hacía mucho tiempo que nadie me
hablaba, ni una oración, ni una vela prendida, que tan sólo dando contigo, me
llenó de luz y calmo mi mortificación. Eres una persona con un gran aura llena
de luz a pesar de que creas que vivas más en la oscuridad; empero tú me has
dado la paz que necesitaba con tan solo escucharme y dejarte ayudar.” Ana Caren
se enderezó en el respaldo, cuando vio a su padre entrar en la habitación. FIN
Después de todo estás escondida, espiándolos. Viendo cómo se besa con tu mejor amiga y ahí están, acariciandoce y seguro no están hablando de ti y tu lloras desconsoladamente con lágrimas torrenciales que caen a tu pecho adolorido y te duele imaginar que todas esas confesiones eróticas a tu mejor amiga que tenías con tu novio, iban hacer el detonante para que tu novio te tronara y tu amiga lo fuera a buscar, para ver si eran cierto esos besos esas caricias que a ti te hacia. Tus ojos están rojos de tanto llorar, aun no puedes digerir la idea de esa carta "misteriosa" que te llego en anonimato con la letra de tu mejor amiga diciéndote la verdad y hasta donde los encontrarías justo ese día. Te dio risa pues tu ya conoces todo de ella hasta su forma de escribir e ingenuamente creería que no te ibas a dar cuenta. Sin embargo, pensaste que se trataba de una broma, ¿verdad? Una inocente broma de su parte, pero sorpresa que fue verdad, vaya hipocresía. No ob...
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