Ir al contenido principal

EL MUÑECO DIABOLICO (5)

Este cuento tiene dos años y fue el pionero que hizo que decidiera hacer un blog de cuentos, que recuerdos aquellos, ya ha sido revisado y gane un concurso por usarlo, lo recuerdo como un icono que me impulso a escribir cuentos como este tipo, la redacción quizá no sea muy buena pero puedo decir que este fue el principio de hace tres años que volví a escribir, espero les guste...





  Pude darme cuenta cuando se desencadeno el brote del problema, pero hice caso omiso, seguí con mi vida normal como si nada hubiera repercutido en consecuencias. Tenía una mirada profunda pero muy incómoda; miraba y la gente me devolvía la mirada, extrañados como si alguien les hubiera gritado su nombre y los hicieran voltear. Y me miraban y se retiraban aprisa asustados. Total, me acostumbre a esa sensación que a la larga me involucraba con esa energía que me envolvía para burlarme de los demás. Estudiaba la secundaria y era antisocial sino invisible para los compañeros… igual. No me importaba, me importaba un comino, yo andaba cabizbaja sin fijarme en el mundo que me rodeaba, sólo me fijaba en un ser muy especial, un chico que me gustaba. Últimamente hubo un tiempo en que me seguía y después fingía hacerse el tonto. Mi cerebro sentía vibraciones extrañas, hacia fijarme en un punto céntrico de un objeto liviano y este empezaba a moverse, logre que un lápiz girara y perdí la noción del tiempo, logre moverlo por un minuto, hasta qué él me descubrió, solté la presión del lápiz y me desmayé.  Unas horas más tarde me di cuenta que estaba en sanidad, y que me había quedado dormida dos horas y no supe nada más, pero él estuvo todo este tiempo a mi lado.
-Hacer eso te debió costarte mucho esfuerzo, ¿verdad?
Me sorprendió pensar a que se refería y no lo podía creer, agache mi vista como preguntando “¿qué cosa?” y él me regreso la mirada contestándome “eso, eso qué hiciste”.
-Eres un tonto.- le dije
-¿Eres una bruja?- qué cómo si nada, me pregunto y me hizo tragar saliva espesa.
-Aún no sabes si quiera que hiciste, ¿verdad?
-Mi bisabuela fue médium papá es espiritista y mi hermana se hizo judía. No sé  si yo tenga algo de especial de alguna parte de ellos.
-¿Y tú tatarabuela que fue?-  Cuestionó repentinamente pero quede atónita, hubiera parecido ser una pregunta burlona, pero en ese tiempo no pensaba en las herencias del árbol genealógico de una generación atrás   y no me interesaba absolutamente investigarlo.
-Eres un tonto, tonto…- retintinee, y él se reía y me derretía esa sonrisa. Un chico popular, ¿de que se iba a fijar en mí?
-Aquí está el jarabe del vomititos- decía la enfermera y él la miraba con cara de pánico y a fuerzas recibió el cucharon de la medicina que sabía amarga y muy asquerosa y reí como nunca antes.
-Este joven creyó que te habías muerto de un paro cardiaco y del susto vómito encima de ti… ah no te preocupes ya te quite el suéter.- Apenas lo dijo la enfermera y mi mirada juguetona y tierna cambio a cruda y grotesca enemiga con cara de asco. Percibí miedo en él, y de ser especial intente aborrecerlo. Esa mirada me impactó, me estremeció, sentí escalofrío, ¿por qué produzco miedo sin siquiera esforzarme?
-Vomitaste encima de mí y qué acaso, y encima, ¿me querías ver muerta?- Le pregunte con un profundo coraje.
Él salió corriendo despavorido de sanidad y yo me quedé hasta que mi madre fue a recogerme, estábamos muy cerca de la secundaria ya me sentía recuperada pero no dejaron que me fuera sola.
El fin de semana estaba tramando la súper travesura de venganza que le haría al chico que me gustaba. Así que eche bombas de humo al desagüe para que  salieran por los retretes, pudo haberme visto qué se yo. Pero yo vi que había entrado con él hijo del director. Calculaba la situación a la perfección, sin duda él saliera perjudicado en una de mis jugarretas y saboreaba la dulce venganza. Y hubo gritos y caos desesperados por las explosiones, lo busque y busque y ví que el hijo del director tenía los pantalones rotos y él se reía a carcajadas viendo a todos sus compañeros desgreñados, polvorientos. Y entonces sucedió lo que tuvo que suceder. La prefecta llegó y lo interceptó doblándose de risas y golpeándose las rodillas burlonamente. –“Estuvo buena esa, estuvo…”- exclamaba aturdido mientras lo jalaba la señorita Prefecta hacia la dirección. Mientras que por ese suceso, el hijo del director quedó traumado y nadie lograba sacarlo de –“Bruja, bruja fue la bruja”- y los demás se burlaban.
En la dirección, el alegó qué fue una conspiración hacia su persona, para perjudicarlo, pero no supo de quién, imaginándose que habría sido, yo no quiso echarme la culpa directamente. Ante las confusiones desatadas del caso a investigar las niñas eran el foco de presuntas culpables, de que todas tuvieran un motivo para vengarse de él; siendo un chico popular, bien parecido y carismático y con el ego muy en lo alto. Jamás quiso ser novio ni de la más bonita de la escuela, por ende todas las niñas estaban castigadas. Extrañamente entre ellas se montaba un ambiente de culpables de todas entre todas. Hasta que después de un tiempo de averiguaciones y mitos extraños por lo qué el hijo del Director no dejaba de decir. Se decía que cerca de la secundaria había una casa antigua a la que le perteneció a una bruja solitaria qué era mala, de repente un día desapareció sin saber si se fue o simplemente murió, la casa sigue abandonada y ah sido expuesta a miles de historias tergiversadas.
   Cómo era de suponerse yo me enfadé por qué sentí envidia de la historia mientras que el autor de ese caos había sido yo, tome la determinante decisión de ir hacia la dirección y de contar lo qué había hecho la semana pasada. -¿¡Quéeeeee dices!? Ah jajaja- Se burlaba el director asombrado por mi tal confesión que parecía muy fantasiosa.
-“Jajaja, anda. Sé que nadie puede reparar el daño que le causaron a mi hijo, pero reconozco que se necesita valentía para echarse uno mismo la culpa de un caso que ya nos traía fastidiado a todos. Total los baños ya los reparó el gobierno pero piden al o la culpable, pero el hecho de que tu vengas y declares que tu hallas hecho eso no te lo creo ni te puedo dar el crédito. No eres capaz  ni de matar una mosca. Ve a tu casa y descansa tres días y sentenciaré a tu favor, diré que ya encontré al culpable, pero tampoco te echare la culpa.”-
Y me retiré asombrada por la reacción del Director. Y llegó mi héroe el quiso salvarme  y ya estuvo a punto de entrar cuando salí. –“No te eches de cabeza”- Me dijo desesperado, solo lo mire.
-“¿Para qué? Si no me lo creyó. Hice un plan tan bien elaborado qué no da crédito el hecho que yo lo hiciera.- En ese momento, desde el segundo piso, estaba una de las compañeras genio de las presuntas culpables del caso, dispuesta a ejecutar su malvado plan, nos aventó agua con hielos por coraje de lo que le estaba pasando por nuestra culpa. El Director cancelo mi suspensión y a cambio a ella la suspendieron junto con el reporte del caso y por más que ella se defendiera no hubo milagro alguno qué la salvara.
   Pronto nos hicimos enemigos oficiales. Él señalándome y yo regresándole mi cruda mirada amenazante de costumbre y el hijo del Director moviendo la cabeza asustado como un tip en el cuello, como si no soportara verme.
-¡Ya no los soporto! Desde que los mojaron se volvieron insoportables para todos.- Jactó el maestro.
-¿Y qué hará al respecto?- Pregunte con mi típica mirada; el maestro parpadeó y sacudió su cabeza. –Ya estoy acostumbrado a esa mirada, mi abuela me ve de la misma manera y tú no me vas a perturbar. Tarea especial para los dos, para control conductual.- Dictaminó urgentemente.
Ni  entendimos a que se refería pero pronto nos saco de quicio cuando de pronto puso una bolsa en el escritorio y sacó de ella un muñeco de bebé.
-No entiendo, parece un bebe, ¿creé que eso frenará nuestra rivalidad? Cuestionó él intrigado mientras lo recibía.
-del odio nace el amor- dijo repentinamente y sin tartamudear el hijo del director.
-Es un proyecto piloto- y levanté mi entrecejo, cómo preguntando, ¿perdón? - El maestro parpadeó y sacudió su cabeza.- Ah no, no me vuelvas a mirar así.
Alce mis hombros como preguntando ¿qué? Y atenué más la mirada.
-A la dirección – Jactó el maestro – Allá les explicarán. Los dos tragamos saliva y suspirando hondamente. -¿Quién es el papá del bebe?- Pregunta él burlonamente. -¡Cállate! Se supone que yo soy la mamá y tú el esposo.-   Me molestó que enmudeciera y que los demás se echaran carcajadas. Sentíamos como si un chorro de agua fría nos empapara. -¿Y cómo fue que hicimos ese engendro?- cuestiona asustado y yo sin asimilar su reacción.
Seguimos al pie de la letra las indicaciones con los ensayos del proyecto, haciendo trabajos sobre la concepción de la vida, las enfermedades transmitidas por vía sexual. Fue un caos tremendo nuestra primera exposición y pronto se nos quito la vergüenza cuando notamos que podíamos causar emociones encontradas y hasta repugnancia hacia los compañeros y hacia el mismo profesor cuando explicábamos como se usaban los preservativos y yo contándoles sobre las mejores marcas de las pastillas anticonceptivas y el cómo usar la regla del mes para no quedar embarazada.
   Además teníamos que mostrar videos didácticos sobre los cuidados del bebe, del cómo poner los pañales al bebé. Cuando terminamos de grabar ese video, estuvimos discutiendo sin razón. El cargaba el bebé cuando de pronto, este lloro y lloro. –No se calla el bebe, cállate. No lo dejas dormir.- El se tapaba los oídos. –Pero es que es un muñeco.- Gritó. –Además no tiene pilas.- En eso bote al bebe y salimos corriendo del Audiovisual.
El maestro no daba crédito de lo que le contábamos sobre el bebe, por qué era un muñeco de trapo y en cambió cerró el trabajo nos sacó un diez y fingimos como si lo del muñeco nada hubiera pasado. Cómo ya no volvimos a tocar el tema se fue olvidando.
Transcurrió el tiempo y la paz reino entre nosotros después de eso no hubo nada que nos molestara. Ganamos amistad, comprensión y enamoramiento. Mientras hicimos el proyecto, nos enfrentamos varias veces con las discusiones de su papá y una sola ocasión que yo enfoque mi mirada en uno de los cuadros de la pared, se soltó y calló en la cabeza de su papá. Corrimos hacia nuestra casa despavoridos, el reía como loco.
-Cómo veo que ya no te estresabas creí que no pudieras hacerlo todavía.- Esa vez lo decía con asombro. Sin embargo aún habían piques de competencia entre nosotros de odio, en San Valentín nos regalábamos cosas extrañas, el me regalo un pez carnívoro y yo una serpiente. Y así por el estilo.
Pero eso era lo más lindo que podíamos expresar. Pronto tuvimos un sueño muy extraño, donde nos encontrábamos juntos en una playa solitaria, de adultos y desnudos en la playa.  Intercambiamos experiencias del sueño y guardamos silencio.
Transcurrió el tiempo y llegó la época de nuestra graduación, en ese entonces ya estábamos de noviazgo pero el tuvo que pasar por muchos enfrentamientos con su familia y después sufrí el fallecimiento de un familiar; un primo que quise muchísimo, lloraba mucho y le perdía atención a mi novio si darme cuenta que también sufría por las discusiones de su papá. –Ojala me muera.-
Dijo un día cortándome el llanto por mi primo y le bese. A veces sonaba mi teléfono y era el difunto de mi primo como cuando antes hablábamos en vida, solíamos pasarnos horas y horas charlando por teléfono. Hasta que mi novio reaccionó molesto y quería reclamárselo por medio de una Ouija. Parecía no tener efecto y pasaron varias semanas sin lograrlo, hasta que en una ocasión volvió a sonar el teléfono con un mensaje alarmante y amenazador en contra de mi novio, él dijo que  le quedaba poco de vida y que nunca intente llamarle por medio de la tabla nuevamente o iba a ver terribles consecuencias.
Estábamos preparándonos para la fiesta y los dos nos habíamos puesto de acuerdo de vestirnos de negro un traje lúgubre pero elegante, muy gótico. El volvió a tener discusiones con su padre mientras yo lo esperaba en mi casa, pero esa tarde nunca llego. En ese mismo día el descubrió qué su padre no era quien creía ser y eso se lo estaba reclamando, ese sentimiento lo hirió profundamente y salió huyendo con su moto a toda velocidad y un carro  café lo arroyó, murió instantáneamente y yo lloraba odiándolo, pensando que se había burlado de mi todo este tiempo, que en realidad nunca me había amado. Nadie hizo por decirme algo en mis momentos de desenfrenada locura mientras creí odiarlo profundamente, el alma de mi primo se hacía presente consolándome de la misma manera en que con coraje le decía maldiciones sin entender el mensaje que venía diciéndome, era algo confuso que no lograba comprender. Hasta qué un día él vino a pedirme disculpas mientras estaba internada en el psiquiátrico, aún lo odiaba y no quería saber de él y mis amenazas lo mandaban al infierno hasta que un extraño fenómeno se apoderó de la habitación, las ventanas se habrían y los cajones se abrían y cerraban y él lloraba más pronto se hizo presente mi primo a su lado, los dos viéndose hasta que eso me hizo comprender. Vino una enfermera y al ver tan desorden creyó qué estaba frente a una crisis y me inyecto. Sedada me vencí en un letargo sueño, en él que los volví a ver y yo corría pero esta vez, hubo oportunidad de explicar lo que le había sucedido.   Al cabo de un mes, yo ya me encontraba más tranquila, y fui a verlo al panteón y lloré como nunca. Me había quedado sola, sin mi querido primo y sin mi amado novio. Un tiempo más tarde, un maestro me estaba buscando, yo estaba sola en la biblioteca, recordando aquél día cuando hacíamos tareas juntos y el profesor se sentó junto a mí y tenía una cunita de bebé y si, adentro tenía aquél muñeco en que tanto nos había sacado de quicio.
-¿Te gustaría tener este recuerdo, verdad?- Llore en su hombro y me regalo el muñeco. Con sarcasmo gracioso el maestro decía qué ese bebé ya hubiera tenido que entrar en el kínder. Sonreí y cargue al muñeco como un bebé normal y entonces lo dejé en mi cuarto. Más he vuelto a mi vida normal sin sentir cosas raras como antes, pero el bebé llora como si cobrará vida, y sé que, ese llanto es producido por la escancia del fantasma de mi novio, que sé, qué sigue conmigo cuando el bebé llora, más solo me acerco y le digo que yo también le amo, que descanse en paz para que yo también pueda volver a soñar y empezar una vida nueva y plena. 


Comentarios

Entradas más populares de este blog

Creepypasta: ¿Cómo darle vida a un oso de peluche?

    Después de todo estás escondida, espiándolos. Viendo cómo se besa con tu mejor amiga y ahí están, acariciandoce y seguro no están hablando de ti y tu lloras desconsoladamente con lágrimas torrenciales que caen a tu pecho adolorido y te duele imaginar que todas esas confesiones eróticas a tu mejor amiga que tenías con tu novio, iban hacer el detonante para que tu novio te tronara y tu amiga lo fuera a buscar, para ver si eran cierto esos besos esas caricias que a ti te hacia. Tus ojos están rojos de tanto llorar, aun no puedes digerir la idea de esa carta "misteriosa" que te llego en anonimato con la letra de tu mejor amiga diciéndote la verdad y hasta donde los encontrarías justo ese día. Te dio risa pues tu ya conoces todo de ella hasta su forma de escribir e ingenuamente creería que no te ibas a dar cuenta. Sin embargo, pensaste que se trataba de una broma, ¿verdad? Una inocente broma de su parte, pero sorpresa que fue verdad, vaya hipocresía. No ob...

EL CUENTO DE LA BRUJA Y EL GATO NEGRO

Érase una vez, hace mucho pero mucho tiempo, existía un gato negro qué deambulaba en todo los alrededores de un pueblo. Considerado mágico por la presencia de seres extraordinarios que corrían por la noche. El gato le pertenecía a una señora llamada Doña Carmita era una tejedora y por las tardes le encantaba viajar al centro para alimentar a las paloma. Era una viejecilla gentil enseñaba a las niñas a tejer chambritas para sus muñecas. El gato siempre a un lado de Doña Carmita; las palomas le picoteaban al gato sus orejitas y este sólo sacudía su cabeza sin hacerles daño. Perezoso bostezaba y se extendía para sentir el sol. Era un domingo por la mañana. Doña Carmita tenía la imagen de la mestiza yucateca típica que vestía su hipil con rebozo. Vendía sus artesanías y los supervisores del mercado la dejaban vender, sin meterle problemas por no tener el permiso del suelo pues la mayoría sabía que Carmita era una bruja muy buena persona sin embargo le temían, que por quitarle su mercancí...

¿EL ÚLTIMO CUENTO? MONOLOGO.

   Hola de nuevo, después de tanto tiempo de ausencia hemos entrado en Diciembre y con él se vienen muchas actividades y preparativos, la inspiración se me bloqueo gracias al bendito estrés pero mientras lograba despejar pendientes y cubrir otros asuntos de mi vida, he vuelto a retomar la creatividad e inspiración para volver a escribir. Mientras, ese tic nervioso qué me da en la mano cuando dejo dejo de escribir volvió a aparecer y mi cabeza con un mar de imágenes e ideas para plasmar y escribir en un bloc de no tener tiempo para escribir, son cosas que me ponen de muy mal humor. Pero el que persevera alcanza muchas cosas y casi perdía la paciencia y ahora, he puesto los pies sobre la tierra con la cabeza fresca de ideas nuevamente para sentarme la semana completa a escribir y escribir como cuando empecé el primer día.    -"De que te gusten mis cuentos, te lo agradezco, de qué creas o no lo que narro me importa poco, cada escritor es un mundo diferente y ...