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GRATIFICACIONES

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(Mundos Paralelos)
Por: Alma Teresa Fuentes Moreno.
No estoy yo para contarles y ustedes para que me lo crean, esto me lo ha referido mi abuela, hace mucho pero mucho tiempo cuando yo apenas tenía trece años de edad y estaba en segundo año de secundaria.
Ella siempre ha curado a gente sin pedir nada a cambio, sin lucro. Recuerdo que hace tiempo una viejecita igual que ella iba a pedirle comida. Mi abuela siempre había sido de buen corazón y nunca negaba un apoyo a nadie siempre y cuando estuviera de su parte poder darlo. La viejita iba como de costumbre cada mañana y de alguna manera se molestaba con la señora diciéndole que no es bueno pedir limosna y debería de trabajar. Mi abuelita tejía y bordaba, me parece que la señora si aprendió el bordado, a veces abuelita se preocupaba cuando de repente dejaba de ir pero entonces la vagabunda mandaba a avisar a mi abuelita que se encontraba enferma y entonces ella le mando a decir que fuera a la casa y le iba a curar. Así fue, y si la curaba, y quién sabe cómo… pero aquella viejecita por agradecimiento llevaba kilos y kilos de barbacoa a abuelita para desayunar con ella y ya cambiaba su ropaje a más decente. Una ocasión llevo una canasta llena de mangos y dulces para sus nietas… claro nosotros encantadas. La viejita decía que vendía sus servilletas que ella bordaba a mano y aprendió de abuelita, por lo visto, le iba muy bien porque hasta chocolates caros le regalaba y es lo que recuerdo de la viejita por el sabor y que uno de mis tíos, el más acomodado de todos (de siete hermanos) señalaba que esos chocolates eran de marca cara. Total, chocolates eran chocolates, ¿no? Así estuvo durante la última etapa de la secundaria hasta que la termine.
Un día triste y lluvioso, se sentía el ambiente pesado. Un pajarillo calló herido cerca de su ventana, mientras abuelita jugaba con su tetris (Sí, de los viejitos y un primo le enseñó a jugarlo, se veía linda abuelita cuando se emocionaba, recuerdo muy bien eso) dejo el juego a un lado y levanto al pajarillo, era raro porque no era un pajarillo cualquiera. Abuelita lo cargó, le cuido y al poco tiempo revivió el pajarillo y lo libero… Pronto, al cesar la lluvia vino un extraño mensajero, dándole la terrible noticia del fallecimiento de su amiga y mi abuelita hecho a llorar y yo estaba a lado de ella, recuerdo que recibió un cheque. Una gratificación de la señora porque abuelita le brindo su amistad y la curaba cuando pudo. Fue una grande suma ya que recuerdo cuando ella estaba mi abuelita y mi tío (el mayor de todos) estaban haciendo cuentas de un dinero que necesitaban para reparar unas cosas del templo y de la casa, el hermano menor no quería dar su parte pues estaba molesto con el templo de abuelita y lo quería cerrar (y si lo hizo) y cuando mi abuelita miró el cheque casi se va de espaldas pues era la cantidad que faltaba. Después se enteraron que en la empresa de mi tío recortaron personal y se había quedado sin trabajo y estaba usando su dinero resguardado para mientras buscara otro, por eso no podía dar su parte pero aun así no decía que pasaba. De alguna manera mi tío si estaba angustiado pues no obstante para el templo, la casa si necesitaba reparaciones. Entonces lograron repararla y reconstruirla, después quien sabe cómo, de parte de los familiares de la difunta de su amiga le mandaban canastas llenas de mango, kilos y kilos de barbacoa, esos ricos chocolates. Después se descubrió que la señora era adinerada y vivía en Linda vista, había sido mala persona con su familia y que se vistiera así, de vagabunda fue para practicar una mortificación que llevaba por hacer las oraciones de los 13 martes de San  Antonio de Padua. Estaba enferma ya la señora, nada se podía hacer. Abuelita le había dado dos años más de vida, el tiempo que duro la amistad, mientras lo que pudo la señora hizo donaciones, creo una fundación para niños huérfanos y solo una cuarta parte de su dinero para sus nietos, estos últimos le llevaban las gratificaciones a abuelita, amenazándoles que el día que dejaran de llevarle esas gratificaciones, la señora se iba a presentar y los iba a espantar así sea en espíritu ella iba ver la manera de que no olvidarán su promesa. ¿Cómo lo supo abuelita? Uno de los nietos de tres hermanos, falleció en un accidente automovilístico y dejaron de mandar la ayuda, ¿creían que se iban a ganar la indulgencia para toda la vida? Pero entonces, aquí no para el asunto, aunque pareciera que pudiera haber concluido hasta aquí la historia.
Paso un año, estaba en segundo año de bachillerato con la amenaza de que iba a repetir el año otra vez. Ya estaba fastidiada, y me distraía mucho con cosas que nadie más podía ver sin embargo ello me envolvía en un mundo diferente que hacía que me desconectara del ambiente del relajo de los compañeros, eso a mí me hacía ser antisocial. Siempre iba con abuelita para que despejara “mis malos aires” y me limpiaba con huevo mientras murmuraba siempre una oración en voz baja y me daba a tomar agua bendita con esperanza que reaccionara como estudiante y lograra terminar bien mis estudios. Nadie advirtió el aniversario luctuoso de la amiga de mi abuelita, cómo dejaron de mandar las gratificaciones, la señora quedó en un recuerdo más. Pero de pronto, yo lloraba mucho, cierta vez los porros robaron mi dinero, pero en México era fácil que apoye la gente a los estudiantes con dinero regalado para trabajos y proyectos (el famoso “boteo”), pero el metro era recién inaugurado y estuvo gratuito por un mes, no tuve problemas para regresar pero llegue con el brazo hinchado porque me aventaron una rama de árbol. Sentí cómo una sombra grisácea y blanca (o no sé cómo se llama) se apoyó en mí brazo haciendo que por lo menos el dolor de mi brazo cediese. Era raro porque olía a chocolate e inmediatamente me acorde de ella y aguardé sin moverme dejando que eso me aliviara porque si me movía me dolía, así sentí por media hora hasta que me quede dormida. La lluvia había terminado y pronto un golpecito en la ventana me despertó y vi hacia a fuera y vi ese pajarillo… ¿se trataba del mismo colibrí, que abuelita había salvado hace un año? Y yo grite a abuelita, -“Abuelita, tenemos visitas. Vienen a visitarte”-, ella corrió a la sala, -“¿Qué le pasa a esta niña ahora?”- Jajaja, recuerdo que pregunto asombrada, porque siempre pasaban cosas. Y el colibrí volaba a mí alrededor y rodeaba a abuelita cómo si estuviera contento de verla. –“Doña Evi, amiga, ¿qué ha sido de ti? Toda vía estás en mis recuerdos amiga.- Decía y hasta en esos instantes supe el nombre de la señora, y el ambiente seguía oliendo a chocolate. –“Gracias por curarme”-, le dije en mi mente.
Mientras mi madre me llevaba a psicólogos porque estaba fastidiada que ya de grande veía a seres imaginarios o que no me concentraba. Me di cuenta que algo pasaba  mi alrededor, que podía lograr hacer pequeños cambios como cuando sabía que iba hacer examen y que nada podía evitarse y que iba a reprobar, temblaba o se iba la luz (cuando tocaba informática) o los maestros si me veían antes les daba migraña o diarrea y tenían que retirarse no sin antes maldecirme que era mi culpa que era un ave de mal agüero (por lo menos en la secundaria no me decían así pero me decían flaca garrapata Jajaja, y ese amigo sigue presente en mis redes sociales y sabrá qué hablo de él pero también sé que va a omitir el comentario Jajaja eran cosas de niños)
Bueno creo que esa es otra historia que lleva su tiempo, pero algo de ello tuvo que ver en esta que les estoy contando. De los nietos de Doña Evi, tuvo una niña de dos varones, está se enamoró de un brujo el cuál al tener relaciones sexuales, le transfirió parte de sus poderes a la muchacha y empezó a ver inicialmente lo mismo que yo veía desde un principio antes de cumplir los 10 años (Y la verdad, hay quienes desde los 3 ya ven cosas y no se les calma y se hacen brujos… un ejemplo) La trajeron a consultar y abuelita se molestó, diciendo que no les iba a atender porque habían sido muy malos con su amiga y al darse cuenta que sus nietos ni nadie de su familia hicieron misa para el aniversario luctuoso de la señora, más estaba enfadada. No bajo de su habitación, los muchachos con esperanza se quedaron esperando, hasta uno de ellos me ayudo con la tarea que curiosamente fue una de las pocas que hice pero con ayuda. Encerramos a la muchacha en el cuarto de visitas mientras aprovechaba que me estaba ayudando. Hasta que mi tío llego a casa y estos le contaron. Tuvo que rogarle a mi abuelita porque percibió que el caso si era grabe por lo que se le conto… No me dejaron escuchar los detalles, era menor de edad todavía Jajaja pero bien ya algo de ello había pensado… “cosas de adultos”. Mientras ellos hablaban, me otorgaron “la tarea” de calmar a la chica y ella se asustó al ver a los duendes conmigo. De hecho, ella fue quién me dio el término de “duendes” en mi vida por primera vez, en cambio abuelita decía que eran diablillos corredores. (Aún están conmigo, de ello que una vez corrí 10 kilómetros en una hora, cuando mi esposo me inscribió por primera vez a esas competencias. Sabía que no entrenaba ni practicaba ejercicio y sabía que me iba a bofear a los cinco kilómetros pero gracias a ellos pude terminar sin novedad. Si no lo hubiera hecho se hubiera burlado para el resto de los días y no le di el gusto) Y ella les hablo y estábamos hablando con ellos, parecíamos dos locas en ese sentido. Tuvo la desgracia de enamorarse de un brujo que no prestaba servicios, o sea, vivía como gente normal. Su abuela sabía de mi abuelita que curaba y hacia exorcismos (nunca presencie eso, cosa triste para mí pero si oigo platicas de los tíos que lo recuerdan y son increíbles) Ella de niños les platicaba las cosas lindas que hacia mi abuela por la gente y que cuando pasara algo extraordinario de lo común que no dudaran en irla a visitar, por ello la encomienda y de mantener el contacto con eso de las gratificaciones que mando de por vida para su amiga, era la esperanza de que por si alguna causa extraña sucedieran cosas raras con sus nietos, su amiga lo solucionaría. La muchacha se llamaba Elvira y me explico cómo pedirle a los duendes que me ayudaran pero que siempre iban acompañadas esas ayudas con alguna travesurilla y si alguien hiciere algo en mi contra, me lo iban a llegar a saber con una ligera sacudida o dolor de cabeza que iba desde una vibración a migraña (según el grado del prejuicio de las acciones, para evitarlo) Y sí la chica se calmó y accedió, cuando ya mi abuelita había decidió que la ayudara. Y noté que quedó bien la chica, más controlada y hubieran estado al punto de internarla a un psiquiátrico, ya que hablaba en latín echando maldiciones y su obsesión íntima con ese brujo fue un caos, tanto que logro abortar porque se había embarazado de su ex novio y decía que algo le partía el vientre o sentía caliente o no lo toleraba. Ahora si ese bebe hubiera nacido, hubiera nacido siendo psicópata, claro, desarrollándose cómo una persona normal y civilizada, hasta volverse adulto y convertirse en un asesino serial. Ella se hizo enfermera, ayudando a la gente y con su sensibilidad y su tacto humano, curaba imponiendo las manos (imagínense tipo reiki). Un don que se le transmitió sin querer por tener relaciones sexuales con el brujo de su exnovio, pero no obstante, lo recibió para usarlo para el bien, porque aunque se entregó con morbo, ella ya tenía esa misión que al no poder desarrollarse por medio de la práctica, de alguna manera, su guía espiritual de ella, tuvo que emplear ese método para que lograra cumplir su misión. Sé que se hizo buena persona y su exnovio al saber de ello empezó de nuevo a trabajar pero haciendo el bien aunque ya estaba separado de Elvira. Porqué más mal hace uno detener un don que ya está (porque se crean desgracias) y más hace aún mal vivir con un don que se tiene y no desarrollarlo; por ellos los nervios, que la persona sea gritona y se altere por todo y que parezca ida y como si tuviese una enfermedad mental he ahí las secuelas de no saber qué hacer en estos casos cuando de repente el caso es real.    
Ustedes, ¿qué opinan? Dejen sus comentarios, me harían un feliz y mandaré bendiciones por parte de los duendes para que tengan buena suerte y de las amigas hadas para que cumplan con sus anhelos y tengan un sentido de la estética más que de lo físico, del interior.

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