Cuando te enamoras y eres
correspondida, te crees que vences al mundo y que todo lo puedes, que nada se
te interpondrá en tu camino. Todo lo puedes aceptar, así sea tu amor tirano,
manipulador, tóxico y no importa, cómo sea tu hombre ideal. Nada quieres
cambiar, todo te parece una maravilla y la gente cree que estás en un estado hipnótico
y en una tristeza que no dejas que salgas a flote pero nada dice nada, ni tú te
quejas mujer…
Pero llega el hombre
interesante; quizá no tan apuesto pero interesante en el contexto intelectual y
te atrapa con su mirada poética y te roba el aliento, mientras que él vive una
vida llena de apariencias, diciendo que su vida está llena de amor, que está
comprometido con su familia, pero que en realidad es sólo respetar la imagen de
confianza del buen hombre que no quiere perder, porque ama más a su trabajo,
qué por los demás. Siempre se sale con la suya, es manipulador, chantajista,
controlador… es psicólogo.
De alguna manera las
terapias psicológicas te han ayudado a ser más liberal a despegarte de tu
marido, el materialista. Mientras que él con toda su ética pierde “memoria” y
cae en cuenta que le interesas y qué ha manipulado sus consultas para que
sueltes “a tu pasado”. Y entonces no, puede retroceder pero tu carácter se ha
modificado y eso aún, tu no lo has advertido.
Entones notas que las consultas se vuelven
lejanas y esporádicas, que intenta ignorarte y que eso mueve tus emociones que
se contradicen con tus sentimientos que guardas con debido respeto y sigues con
tu vida inventada de que siempre te va bien y no tienes problemas, que tu vida
es feliz, que no tienes por qué quejarte de nada.
Como parte de sus consejos
decidiste buscar trabajo, tu esposo accedió; para ya no crear discordia entre
ustedes y entonces todo vuelve a cambiar. Tu jefe, un apuesto ingeniero, carismático
y más joven que tu marido y aún que el psicólogo. Pero te enfocas a trabajar, y
el hecho de ganar tu propio dinero te da un sentido propio de la libertad
financiera que te devuelve la vida de cuando eras soltera. Todo el mundo nota
que el ingeniero te llena de aplausos y piropos pero tú crees que es sólo por cortesía.
Entonces te acuerdas que llega el día de tu
inesperada cita pero llamas a tu doctor para cambiarle de fecha. Notas el tono
de su voz molesto, pero busca un día cercano y accedes a la fecha. En ese
momento, el nota que te pierde, que te alejas, y entonces sufre lo que te hizo
sufrir con sus aparentes rechazos sutiles. Y tú corazón ante esa llamada hace
que te sofoques y se te complique la respiración. El ingeniero hace llamar a tu
esposo para darte la tarde libre para que te recuperes. Mientras esperas, él te
acaricia, masajea tus hombros y tu cedes ante esas agradables caricias. La secretaria
entra sin llamar y todo lo ve, pero ya conoce al ingeniero que es un desgraciado
pervertido y un amante cotizado, sólo les informa que el marido de la señora ha
llegado. Así es que te repones lanzas un suspiro dándole las gracias y te
resignas a regresar a casa.
El día de la cita con tu
doctor, fuiste acompañada con tu marido, el psicólogo tartamudeo sin saber cómo
reclamarle por el amor a su paciente que ocultaba desde adentro. Ella lo notó
inquieto, y tu marido frunce las cejas, con aire de desconfianza y queda igual
que inquieto aún más con desconfianza por que lo hizo esperar a fuera.
Entonces para su sorpresa, tiras a llorar y
le cuentas que estás enamorada d tu jefe y no sabes que hacer. Él palidece de
asombro, tragando saliva espesa. Prende un sahumerio que sirve cómo
aromaterapia aparentemente, pero dentro de lo que se escondía es que se trataba
de una conjuro de amor. Un hechizo de amor, que un brujo de catemaco le había
preparado para que sahumara el consultorio qué había conseguido en uno de sus
viajes de emergencia. Siguió las indicaciones al pie de la letra pero
discretamente, seguido que le dio un pañuelo a su paciente, para que seque sus
lágrimas de amor. Obviamente le dijo que lo de su jefe no le convenía que para
nada se atreverá ya que ella era una persona casada, y aunque sintiera algo por
ella iba a ser algo pasajero pues lo que le contó se trataba de un hombre
manipulador y que con esos detalles seguramente se tratara de un hombre
mujeriego.
De pronto, entro su esposo
sin avisar, el humo echo chispas, la luz se entrecortaba y hubo un ligero
temblor en el consultorio, nada hubo más que pasar en ese instante, pero
sucedió después que el alma del psicólogo se cambió al cuerpo del esposo de la
paciente y la del esposo al doctor, hubo un intercambio el que nadie en el
momento se dio cuenta, hasta después. Sin embargo, ella no noto nada raro, pero
ellos sí. El esposo se encontraba en el cuerpo del doctor y se vio reflejado en
el vidrio de la ventana, mirando a su cuerpo que estaba sentado al lado de su
esposa y el psicólogo de la misma manera había tomado su lugar, el psicólogo
había cambiado por un pacto de amor que tenía con su paciente.
Su esposo nada pudo ser cuando el doctor se
fue con su mujer, estaba desorientado y confundido. Fue confuso cuando hizo el
amor con su “esposo”, logró hacerle el amor como nunca, ella noto como si su
esposo fuera otra persona, se enloquecía por eso. Grito el nombre del doctor y
el la abraso y reforzó su entrega y ella quedo envuelta en un éxtasis con el
amor de su amante/esposo.
Pero el sicólogo se le olvido que existía un
tercero más en discordia en la vida de su amante; pero ignorado eso, transcurrió
el tiempo y entonces, el esposo decidió buscar ayuda para recuperar su
identidad y su mujer, pero desgraciadamente, el Chamán con quien fue a
consultar le dio desgraciadas noticias. Para su mala suerte, ya no había nada
que hacer y había que esperar a que alguno de los dos se muriera en un
accidente para que al menos alguno pudiera recuperar su vida. Entonces resignado
el esposo y venturoso decidió ponerle frente a su mujer y contarle la verdad,
está se enfureció y con eso “cortó el trabajo”. Poco después su esposo murió de
un paro en el corazón y el doctor de un choque automovilístico. Viuda la mujer,
y en brazos de su tercer amante, en el funeral de su esposo miro una extraña
sombra que salía del cuerpo de su jefe con alas y cola de diablo. Entonces,
ella supo inmediatamente, que su amante lo había planeado todo, había logrado
el caos y la confusión entre su esposo y el doctor, mientras el observaba
cruzado de brazos veía cómo se mataban entre los dos para quedarse con la mujer.
Años atrás, cuando ella era soltera, había hecho
un pacto, con un “diablo menor”, perteneciente a los hijos luciferinos. Pero
que irremediablemente, el diablo, quedó hechizado y prendado que con el morbo
sensual con la que esa mujer se desenvolvía y a pesar de que era poco
agraciada, tenía un aire que cualquiera caería a sus pies, por una gracia y
ternura natural, que a pesar de tener pocas cualidades femeninas movía mucho un
aire místico de negros pensamientos y oscuras tentaciones.
El diablo accedió a la mortalidad de uno de
sus hijos, para que pudiera quedarse con la mujer, pero una vez que este
adquirió el cuerpo humano, después de poco tiempo la mujer dejo de sentir
pasión por el diablo y este, perdió alas y cola, y quedó suspendido entre dos
mundos.
Sin ganar el cielo porque nunca fue hombre y
sin ganarse el infierno, porque de ahí provenía y su padre le había desterrado.
La mujer simplemente tuvo Alzheimer y lo había asesinado entre su demencia y
uno de sus tantos olvidos.
Está historia tiene muchas moralejas; dime, ¿Cuál sería la tuya?
FIN
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