Hace mucho, muchísimo tiempo, había una doncella enamorada de un amor imposible, ella sufría y lloraba un mar de lágrimas, quería desposarse pero creía que no se lo merecía. En el jardín, todos los días se escuchaba cómo si alguien talara un tronco; sin embargo, no había nadie, el ruido parecía proceder dentro de su cabeza y después le producía un dolor insoportable, que la tiraba en cama. A uno de sus sirvientes, le ocurría lo mismo, a veces escuchaba la tala otras veces escuchaba un clarinete igual le dolía la cabeza pero tenía más resistencia y podía fingir no escuchar aquellos ruidos.
Decía la gente, que un niño hermoso que fue a jugar en aquél mismo jardín fue secuestrado y llegaron a culpar a la doncella, nunca tuvieron pruebas pero sin embargo, otros dicen que murió jugando en ese mismo lugar. Muchas cosas se han hablado del caso, pero el sirviente dice que lo capturó un gnomo que trabaja en el jardín. El sirviente un día logro ver una sombra pero no logro identificar que cosa era.
Pero pronto la doncella salía a columpiarse seguido y se peinaba su cedoso cabello con una peineta que ella creía que su padre se la había regalado. Pero está parecía que la hipnotizaba. La hermosa doncella que se llamaba María no hacia más que peinarse y a la vez hablaba sola, parecía que estaba frente a un príncipe, pero ella sólo lo veía mientras se peinaba con esa precisa peineta, y así lo hacia cada vez que salía al jardín. Pero está vez, prolongo su tiempo y algo le hizo levantarse del columpio y con los brazos levantados se internaba e el jardín que parecía un laberinto sin salida. El sirviente, quien veía eso, sabía que algo en su comportamiento andaba mal y decidió seguirla.
Caminaron por mucho tiempo hasta llegar a un Kiosko y el sirviente desconocía que ese lugar existiera hasta ahora. La doncella perdió su trance y empezó a observar lo bello del lugar. Pareciera que algo invisible le acompañaba y que ella muy a gusto se sentía. Cuando se sentó en la banca, algo de repente apareció. Un ser diminuto, con sombrero puntiagudo, le acortejaba y le besaba su mano. El sirviente se horrorizó por verle, pues la criatura tenía un aspecto muy desagradable, la de un anciano con cuerpo de niño. De reojo este extraño ser le vio y con su mirada lo arrojó hasta la entrada. Pronto se dio cuenta que estaba en la entrada, corrió y corrió, hasta llegar al kiosko. El extraño ser le dijo mentalmente, que el era el custodio del jardín y que estaba enamorando a la doncella, pues bien sabía que ella estaba profundamente enamorada de un joven y que esta no e correspondía. Qué sufría mucho y qué con su hipnosis ella lo veía como un rubio príncipe y que era feliz con ese delirio, que no iba a permitir verla sufrir por amor, que para eso se encontraba el gnomo. Una forma de agradecimiento, porque ella mando a construir ese laberinto de jardín a espaldas del castillo abandonado. Y en un parpadeo el sirviente había sido arrojado de nuevo a la entrada del laberinto.
El sirviente no podía creerlo y está vez no iba a resistirse, seguía a la doncella cada fin de semana al jardín, porque estaba enamorado de ella sin que nadie lo supiera. Así que decidió retar al gnomo. Poco después la doncella ya estaba en su alcoba, está vez estaba diferente, sus ojos brillaban y sus mejillas se encontraban ruborizada, dejo sus trenzas para alaciarse su hermosa cabellera color azabache. Informando que se haría una fiesta en honor del príncipe azul, quién este la desposaría al filo de la una de la tarde del domingo siguiente. El sirviente no lo pudo creer, quedó perplejamente atónito por la desagradable noticia, no sabía cómo razonar con la doncella.
Entonces, el sirviente fue con un brujo para pedirle que rompiera el encanto del gnomo y que a su vez la doncella se fijará en él. El brujo tardó tres días en analizar el trabajo mágico que iba a realizar hasta que un día llamo al joven y le dio un pañuelo negro. Este le dejo las indicaciones pero que a su vez esto desencadenara desastres en la familia de la doncella. El día siguiente la cocinera tuvo un ataque en el corazón y murió durmiendo pues era de avanzada edad y fue fiel a su trabajo hasta que murió tranquilamente en su cama de tras de años de servicio. No había quien cocinara para la cena de la boda. Mientras la doncella se dedicaba a reunir a sus familiares, se dio cuenta que no existían familiares del novio, ni sus datos y abrió los ojos.
Calló enferma en cama y triste por la desilusión pensando que su príncipe azul se arrepintió, por el defecto que tenía. El sirviente fue a buscar el gnomo y este peleo con el ser, pero al perder el amor de su amada, ocupó la segunda opción que le dijo el brujo y le ofreció un pañuelo negro. Le dijo que la doncella se lo había mandado para que lo usara "limpio" el día de la boda. El gnomo accedió contento y le ofreció un deseo. El joven pidió ser rubio como un príncipe azul de los cuentos de hadas irlandeses y así se lo concedió. El gnomo lo corrió pues tenía trabajo por hacer... tenía que lavar un pañuelo muy sucio hasta volverlo blanco. Siempre pensando que el amor todo lo puede empezó con la labor encomendada por la doncella, aunque sabía que esto iba hacer muy tardado pues el pañuelo era de color negro y en realidad no estaba sucio, la petición de la doncella fue de que lo volviera blanco por más que el gnomo supiera que era de color negro.
El joven, retorno con la doncella convertido en el príncipe azul que ella había visto entre delirios cuando estaba hipnotizada con el gnomo custodio del jardín. Besó a la doncella y está despertó, el procedimiento de la boda prosiguió y los jóvenes se casaron y fueron felices para siempre.
Pero aquél destino del triste gnomo no pudo cambiar, cuenta una leyenda que cada semana se puede ver en el jardín a un gnomo que afanado lava y lava un pañuelo negro para volverlo blanco. Quién se le acerque y pida deseos de belleza, este lo concederá y el gnomo nunca se dará cuenta que han pasado tantos tantos años de aquél ocaso que hasta leyenda se convirtió.
Y colorín colorado, este cuento se acabo.
FIN
Decía la gente, que un niño hermoso que fue a jugar en aquél mismo jardín fue secuestrado y llegaron a culpar a la doncella, nunca tuvieron pruebas pero sin embargo, otros dicen que murió jugando en ese mismo lugar. Muchas cosas se han hablado del caso, pero el sirviente dice que lo capturó un gnomo que trabaja en el jardín. El sirviente un día logro ver una sombra pero no logro identificar que cosa era.
Pero pronto la doncella salía a columpiarse seguido y se peinaba su cedoso cabello con una peineta que ella creía que su padre se la había regalado. Pero está parecía que la hipnotizaba. La hermosa doncella que se llamaba María no hacia más que peinarse y a la vez hablaba sola, parecía que estaba frente a un príncipe, pero ella sólo lo veía mientras se peinaba con esa precisa peineta, y así lo hacia cada vez que salía al jardín. Pero está vez, prolongo su tiempo y algo le hizo levantarse del columpio y con los brazos levantados se internaba e el jardín que parecía un laberinto sin salida. El sirviente, quien veía eso, sabía que algo en su comportamiento andaba mal y decidió seguirla.
Caminaron por mucho tiempo hasta llegar a un Kiosko y el sirviente desconocía que ese lugar existiera hasta ahora. La doncella perdió su trance y empezó a observar lo bello del lugar. Pareciera que algo invisible le acompañaba y que ella muy a gusto se sentía. Cuando se sentó en la banca, algo de repente apareció. Un ser diminuto, con sombrero puntiagudo, le acortejaba y le besaba su mano. El sirviente se horrorizó por verle, pues la criatura tenía un aspecto muy desagradable, la de un anciano con cuerpo de niño. De reojo este extraño ser le vio y con su mirada lo arrojó hasta la entrada. Pronto se dio cuenta que estaba en la entrada, corrió y corrió, hasta llegar al kiosko. El extraño ser le dijo mentalmente, que el era el custodio del jardín y que estaba enamorando a la doncella, pues bien sabía que ella estaba profundamente enamorada de un joven y que esta no e correspondía. Qué sufría mucho y qué con su hipnosis ella lo veía como un rubio príncipe y que era feliz con ese delirio, que no iba a permitir verla sufrir por amor, que para eso se encontraba el gnomo. Una forma de agradecimiento, porque ella mando a construir ese laberinto de jardín a espaldas del castillo abandonado. Y en un parpadeo el sirviente había sido arrojado de nuevo a la entrada del laberinto.
El sirviente no podía creerlo y está vez no iba a resistirse, seguía a la doncella cada fin de semana al jardín, porque estaba enamorado de ella sin que nadie lo supiera. Así que decidió retar al gnomo. Poco después la doncella ya estaba en su alcoba, está vez estaba diferente, sus ojos brillaban y sus mejillas se encontraban ruborizada, dejo sus trenzas para alaciarse su hermosa cabellera color azabache. Informando que se haría una fiesta en honor del príncipe azul, quién este la desposaría al filo de la una de la tarde del domingo siguiente. El sirviente no lo pudo creer, quedó perplejamente atónito por la desagradable noticia, no sabía cómo razonar con la doncella.
Entonces, el sirviente fue con un brujo para pedirle que rompiera el encanto del gnomo y que a su vez la doncella se fijará en él. El brujo tardó tres días en analizar el trabajo mágico que iba a realizar hasta que un día llamo al joven y le dio un pañuelo negro. Este le dejo las indicaciones pero que a su vez esto desencadenara desastres en la familia de la doncella. El día siguiente la cocinera tuvo un ataque en el corazón y murió durmiendo pues era de avanzada edad y fue fiel a su trabajo hasta que murió tranquilamente en su cama de tras de años de servicio. No había quien cocinara para la cena de la boda. Mientras la doncella se dedicaba a reunir a sus familiares, se dio cuenta que no existían familiares del novio, ni sus datos y abrió los ojos.
Calló enferma en cama y triste por la desilusión pensando que su príncipe azul se arrepintió, por el defecto que tenía. El sirviente fue a buscar el gnomo y este peleo con el ser, pero al perder el amor de su amada, ocupó la segunda opción que le dijo el brujo y le ofreció un pañuelo negro. Le dijo que la doncella se lo había mandado para que lo usara "limpio" el día de la boda. El gnomo accedió contento y le ofreció un deseo. El joven pidió ser rubio como un príncipe azul de los cuentos de hadas irlandeses y así se lo concedió. El gnomo lo corrió pues tenía trabajo por hacer... tenía que lavar un pañuelo muy sucio hasta volverlo blanco. Siempre pensando que el amor todo lo puede empezó con la labor encomendada por la doncella, aunque sabía que esto iba hacer muy tardado pues el pañuelo era de color negro y en realidad no estaba sucio, la petición de la doncella fue de que lo volviera blanco por más que el gnomo supiera que era de color negro.
El joven, retorno con la doncella convertido en el príncipe azul que ella había visto entre delirios cuando estaba hipnotizada con el gnomo custodio del jardín. Besó a la doncella y está despertó, el procedimiento de la boda prosiguió y los jóvenes se casaron y fueron felices para siempre.
Pero aquél destino del triste gnomo no pudo cambiar, cuenta una leyenda que cada semana se puede ver en el jardín a un gnomo que afanado lava y lava un pañuelo negro para volverlo blanco. Quién se le acerque y pida deseos de belleza, este lo concederá y el gnomo nunca se dará cuenta que han pasado tantos tantos años de aquél ocaso que hasta leyenda se convirtió.
Y colorín colorado, este cuento se acabo.
FIN
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