Cuando uno muere es cuando realmente despierta, mientras que los vivos pasan de sueño en sueño, aún en estado de vigilia. Por eso es qué suceden tantos accidentes, tantos descuidos, tantas muertes... Porque la gente vive soñando. No entiendo del porque de los sueños, a pesar de que se dice: "vivimos en el presente". Yo que, bago en la dimensión fantasmagórica de la muerte no hay tiempo ni espacio, no ha bueno ni malo. Sólo estamos nosotros, suspendidos en este plano como castigo kármico, por nuestras consecuencias, no por Dios. Son nuestras acciones que nos crean secuelas y a su vez estás jalan consecuencias; así qué, no hay de donde quejarse. Cuando se muere de forma natural viene la compensación del descanso "En Paz", porque la enfermedad material limpia y purifica eso en el que el Cristianismo le llama: "El Pecado". Mientras el alma perdona y reflexiona dentro del lecho de la muerte, se comprende consciente mente el concepto de esa enfermedad, los errores cometidos, observa el progreso que se obtuvo y perdona, perdonando a los que aún viven. Esa alma, sí que se va al cielo... Y si llega a bajar, baja en forma de ángel, siguiendo la misión que Dios le encomendó. Esa si que es una forma digna de morir y de dejar huella en el mundo en que partieron. Sin embargo aquellos que morimos bajo el acto obscuro del suicidio nos va mal. No entramos ni en el cielo y ni esperanza del infierno porque ese sí, que no existe, más o menos el purgatorio. Nos dejan en este plano, para tener tiempo de sobra de arrepentirnos y remediar nuestros errores. Es una tormenta en sí, porque este es el infierno de uno mismo, pues uno teje maneja cielo o infierno, según lo clasifiquen nuestros actos. Y de aquellos que por dormirse tuvieron muerte accidentada igual están entre nosotros aunque aparentan estar más tranquilos dentro de lo que cabe, ya que no fue su culpa, pero por otra sí, porque no estaban conscientes.
Ellos son los que tienen más interactividad entre los dos planos. Yo soy amigo de uno de ellos y me enseña cosas que en vida nunca pude entender y a veces siento sensación de arrepentimiento, pero aún soy muy reacio y me abstengo de ir cayendo en cuenta de mi error.
Me gusta aquí, y estar como vivo... pero despierto. Aquí sí que no puedo dormir, suficientes sueños se tuvieron cuando se vivía. Aquí tienes que aprender a mediar entre los buenos y malos pero sin tregua, no cómo en las bandas callejeras.
Ella dice que la atropellaron y cuando se cumple la fecha de su accidente, este donde este, ese recuerdo "la jala" para volver a revivir la catástrofe de su accidente una y otra vez. Para ella eso es cómo un juego y entonces entiende el tiempo de los vivos y de cada año. Es una leyenda y viral entre la Internet y Redes Sociales, hasta en el noticiero de la T.V. Es cómo una celebridad aún entre los muertos. Hay un tercero entre nosotros y no sabe de que murió, y siempre recorre los hospitales para intentar averiguar de que murió. Deja manchas de sangre donde reposa sin que lo pueda evitar. Igual tenemos un perrito, que se hizo nuestra mascota querida. Cuando creció, su gente le llevó a la perrera para que le sacrificaran porque había mordido a una niña. El perrito tuvo esperanzas que después de que "lo vacunaran", lo iban a recoger pero nunca fue así, más qué la niña siempre había estado a su lado a pesar de que él la mordió. De la niña sólo oímos sus gritos, como psicofonias espantando a los vivos y siendo herramientas para investigaciones de fenómenos paranormales.
Yo no hago nada en especial, sólo recuerdo ver a mi hermano, llorar viendo la noticia de un periódico amarillista. Sólo así fui importante por un sólo día. Salí en el periódico también y eso me enorgullece, me gusta incluso pensar en eso, pero de que sirve sí ahora soy cómo un archivo muerto más. Pero cuando vivía, no tenía amigos y la que era mi novia, era lesbiana y sólo por hacerle el favor, para que nadie la molestara, yo me hice su novio. Logramos ser buenos amigos, cómo si fuera mi hermano, pues era casi un muchacho en sí. Ella fue la única que lloro por mí, casi nadie fue a mi funeral. Sólo veía a mi familia sin llorar y resignada y toda vía molesta por lo que hice. La que fue mi novia parece sentirme, tuvimos una conexión rara en mi vida. Y nos tuvimos uno al otro y ella a mi prima que fue su novia.
Así qué, no se veía raro que nos vieran los tres siempre juntos. Una vez, mi prima trajo una tabla Ouija para que jugáramos y ahí empezó mi cruel pesadilla. Ahí sí, para que veas no dormía y ahí empezó el inicio de una tormenta. Los vivos no comprenden que sucede cuando se juega a ese funesto juego de forma poco respetuosa. Mi novia tomaba una cerveza y yo estaba erizado del susto; incluso de repente siento esa misma sensación de impacto cuando lo recuerdo, era horrible y muy espeluznante en cuando vivía. Ahora siento que eso, yo se lo provoco a los vivos, cuando me acerco, cuando ellos tienen el mismo pensamiento suicida de cuando yo tenía cuando soñaba consciente (es decir, cuando vivía). Empero, no puedo evitarlo y cuando vuelvo a ellos ya es demasiado tarde, siempre lo hacen, cuando uno que ya "vivió eso" lo trata de advertir; pero más bien, me tienen miedo. Yo he llorado eso pero sin que me vean llorar, entonces mi plasma cambia de color y mi vibración hace que se estremezcan las personas vivas. Yo no puedo evitar eso; de lo contrario, trataría de hacerme ver lo más humanamente posible, para "no espantar".
Aunque eso ya me tiene sin cuidado, no soy Santo para ayudar a la gente viva. Así qué, habrá pasado un año más de mi muerte a mi amiga le llegó de nuevo su vivencia mortífera. Ella es nuestro calendario gregoriano mortal, pues aquí no se siente ni la noche ni el día. Sólo por observación cuando vemos a los vivos cuando se duermen y se levantan, pero cuando uno de nosotros les levanta se quejan que son siempre las tres y media de la mañana por alguna extraña cuestión, aunque la verdad, sólo queremos ver que es lo primero que hacen a la hora en que se paran. Ellos nos marcan el transcurso de nuestro tiempo en un plano suspendido cómo me lo explico yo.
Con el recuerdo de la Ouija, yo fui atormentado con voces y sombras persiguiéndome durante seis meces. Hasta con el loquero fui a dar mis padres me obligaron a internarme pero esas sombras seguían ahí. De lo que yo supe después, es que esos seres energúmenos, salieron de la tabla Ouija, habíamos descuidado los detalles al dejar de jugarla. No tuvimos ni idea de que era lo que se tenía que hacer cuando se dejaba de jugar, sólo la guardamos dentro de su caja original. El peligro ya estaba a flote y la angustia de las persecuciones ni con los fármacos se quitaban. Sólo con el alcohol podía callar las voces, pero al estar sobrio estas volvían.
Ya en ese tiempo todo me salía mal y mi madre me reclamaba el comportamiento que tenía pero... ¿De qué sirvió tanto tratamiento medico? Que nunca me drogue pero me embutieron a fuerzas pastillas para obligarme a dormir y vaya que dormía, cuando despertaba me sentía flotando, cómo ahora y tropezándome entre las paredes de las que ahora puedo atravesar sin problemas.
Si, lo sé. Reconozco que fuimos idiotas por jugar y yo un pendejo por no haber respetado esas cosas. Pero, lo echo echo está, y él qué yo este así, aquí es la secuela de las consecuencias por cada error. Dentro de esas sombras, hubo una principal; una figura demoníaca que quería absorber mi alma a cómo sea pero yo no quise dejarla. O era combustionarme por dentro, o salía más rápido yo por la puerta falsa. Sí que lo hice, pero ese demonio ahí siguió y mi cuerpo colgaba del árbol y mi espíritu flotaba densamente en el viento.
Descubrí qué el me engañó, él quería en sí que eso yo hiciera pero logre descansar de la angustia y de los perseguidores. Y todo eso es el resultado de lo que ahora soy, y cómo me cataloguen en un archivo de investigación con el nombre del: "El Despierto: fantasmagórico y chocarrero".
Así soy ahora, más unos han tenido la suerte de verme, otros de escucharme y tu de escribir mi historia bellamente pulida en un hermoso cuento de terror, con hermosos detalles que con imágenes he puesto sobre tu mente y tu mano maestra escribiendo con tus palabras.
Y gracias a eso, yo me siento libre del todo, de estar casi en paz, y tranquilo. Sólo te pido que nunca dejes de soñar, nunca dejes de escribir, no te alejes de la fantasía que es la que te hace ser tu, con ese sello místico, con esa mirada perdida y trémula.
La que escribe cuentos y como cuentista crea y recrea lo que es verdad y manifiesta en cuentos las paradojas misteriosas de la vida; por qué, no se puede tapar el Sol con un sólo dedo, pero un cuento lejos de ser verdad o ficticio, no pierde la esencia de lo que es.
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