¿Alguna vez te has perdido en un lugar que conoces como el puño de tú mano? ó... ¿Te has encontrado atraído ante algo inusual que te arrastra sin que nadie pueda advertirtelo? No es que estés desorientado sino que una fuerza externa te impulsa hacia "eso" que desconoces y el misterio te envuelve y sientes como si "eso" te conociera perectamente, qué sabe todo de ti y sabe qué necesitas de su ayuda. Empero, ¿qué es eso? Es una cosa qué se pierde entre la naturaleza, que se siente entre los árboles y se mezcla con tus emociones de tristeza y rechazo qué haz sufrido de la sociedad.
Caminas lentamente para dejar que camine a tu lado, es una imagen sin forma pero sientes compañía de esa imagen que aún no le has dado forma en tu imaginación. Esa cosa se mueve por todos lados y te mantiene entretenido, y tu tratas de ver de que se podría tratar, pero dejas que pase el tiempo y tu caminas sin sentido pero de repente te das cuenta que te has alejado del lugar que conocías y has aparecido en otro lado de la ciudad del que ni si quiera sabías de su existencia. Pero sin embargo, tienes la esperanza de que "eso" que te llevó hasta ahí, te podrá volver de regreso, así qué lo sigues. Sientes que algo te acompaña, no sientes miedo a pesar de que sabes de que estás perdido y que no tienes ni la más remota idea de cómo regresar. Pero "eso" te brinda confianza y lo sigues sin importar a donde te va a llevar. Entras en un mundo en qué parece que todo se repite. Esa sombrilla rota de la esquina es la misma de la cuál pasaste hace dos horas, como si caminaras en círculos pero vez todo diferente.
Te ubicas por medio de los ruídos y de los aromas, acordándote que había un perro muerto por una fabrica abandonada. Y entonces reaccionas que no tiene sentido qué sigas caminando sin rumbo, revisas los bolsillos de tus pantalones y te percatas de qué no traes dinero, ¿cómo fue posible qué se te halla caído la cartera sin darte cuenta? Empiezas a volver a caminar sin sentido buscando tu cartera y te vuelves a perder. Entonces llegas a un poblado donde empiezas a ver tránsito y gente, estás decesperado y pretendes pedir ayuda para poder regresarte.
Mientras dudas un rato y te sientas en una banca de un parque seco y sin árboles, el ambiente te pone tenso, ay muco ruído y o sabes por donde voltear y a quién hablarle. "Eso" qué te hacia compañía parece haber desaparecido. Pronto empiezas a impacientarte, descubres que va anocheciendo y quieres retornar a tu mundo. Ahora sí puedes decir qué estás desorientado, dando vueltas como zombie, con un miedo terrible de volver a pensar de pedir ayuda a alguien desconocido y te vuelves valiente para buscar por tí sólo el retorno.
Al regresar, notas qué "eso" te vuelve a seguir y entonces te enojas y tratas de ignorarlo para no errar el camino de nuevo. Más encuentras en las raíces de un árbol que a penas está creciendo mucho dinero cómo tapado por la tierra. Te agachas, lo recoges y sacudes los billetes uno por uno; al parecer, nadie se dió cuenta del hallazgo qué encontrarte. Estás contento, por qué entonces ya ienes cómo regresarte, pero aún no sabes cómo hacerlo.
Observas la ruta que llevan los camiones pero ninguna se te hace conocida y ya ni sabes cómo se llama el lugar donde vives. Pero pronto un taxi extraño frena cerca de ti y toca el claxon, se ofrece a regresarte y te subes, pero aún no arranca y te preguntas ¿por qué no ha arrancado? Pero el chofer espera a que se suba la niña qué estaba a tu lado. Y te sorprendes, pues estás solo y nadie te acompañaba; entonces, recuerdas a "eso", y qué si tenía forma de ser, por lo menos te diste cuenta qué ahora tiene una imagen que es seguramente es semejante al tamaño de un niño cómo de cinco años, por la descripción de tu supuesto "hijo" qué te señalo el chofer. Sin decir nada más que con un movimiento ligero de la cabeza, cierras la puerta y se van. Por el retrovisor miras y observas a un ser curioso tipo femenino a semejanza de una niña qué te ve a lo lejos y alza su mano a modo de despedida. Entonces recreas la escena en tu mente del dinero qué encontraste enterrado, qué "eso" fue lo qué te ayudo a encontrarlo, para qué tuvieras los medios de cómo regresarte de manera segura a tu hogar.
Sin dudarlo, quizo remediar el qué te extraviara pero comprendes que sólo fue por querer jugar contigo y qué a la larga prefirió ayudarte para no perjudicarte más en tu camino. Y así te alejas de ese extraño lugar. En el tránscurso te empiezas a fijar en donde te encontrabas y de repente todo te parece conocido y te dan las ganas ilusorias de regresar otra vez por ese mismo lugar, para encontrar a ese extraño ser que conociste y qué te ayudo.
Así pasaron los días y semanas, hasta que por ares del destino a tu pie fue a caer un billete y recuerdas a ese extraño ser que quizo ser tu amiga. Y de re pente alzas la mano y un taxi se estaciona, le indicas ese lugar a donde quieres volver a llegar otra ves. Y vuelves al parque pelón donde empezaste a desviarte y te sentate en esa misma banca. Y sientes la presencia de "ella" y caminas pero ya rumbo a tu hogar, dejando qué ella te siga. Haciendo crecer entre ustedes una extraña amistad y tu le das la bienvenida a tu hogar, la invitas y le agradeces por qué está en tu vida y está contigo para ayudarte. Te sientes bendecido por tener a alguien así tan especial en tu destino y ella también ofreciendote la ayuda qué necesitas y qué necesitarás de sobra. Por qué ella sabe qué estás sólo y eres rechazado entre lo qué ella llama -"la misma raza humana"- Y cada qué pasan los días, te vas dando cuenta que los conocimientos hacia ella van aumentando y sabes que ella es un duende femenino, qué le gusta de tu compañía y prefiere la música clásica y de ambientes tránquilos y a la vez disfruta de los ruídos de la ciudad. Tiene un carácter agradable y sientes su presencia cada que empiezas a sentirte "solo" y quizá "menospreciarte".
Así es qué le pides qué te deje salir de tu caparazón que te aisla de la sociedad y ella lo entiende, poco a poco te empiezan a dar ganas de salir, de conversar con las personas y de sonreír amablemente. Escuchas música clásica con tus audifonos y está vez disfrutas con calma lo qué antes te hubiera parecido estresante.
Con imagenes le vas enseñado a tu extraña amiga qué es lo que quieres mejorar de tu triste situación y pátetica vida; empero, qué ella este contigo ya tu vida ha dado un vuelco por completo. Sabes qué es un duende y se ha regalado contigo por que vió en lo más profundo de tu ser esa tristeza que ella quizo aliviar y que lo está consiguiendo. Poco a poco pero se nota el progreso.
Investigando sobre ella, te sumerges en un mar de libros para saber más de ella y saber qué es lo qué a ella le gusta más para ofrecerselas con mucho cariño prueba de la amistad. Y entonces empiezas a ver las flores que creías que no existían en tu jardín, te da por acariciar a los gatos cuando antes creías que los repudiabas. Y hacer cosas qué antes no hacias ahora por influencia de ella, por qué son cosas que de ante mano tienes que cambiar y que te "costaba" hacerlo. Pero gracias a ella lo logras sin ningú pesar, por que sabes qué te apoya y qué no estás sólo. Qué poco a poco vas teniendo bonitas amistades, hasta conseguiste un empleo qué te agrada. Entonces, pienas ahora en ella, de qué está sola en esto y le costará un poco de trabajo hacerte ciertos cambios de tu vida qué le has pedido y decides salir en busca de más duendes, para que le hagan compañía y refuercen su influencia y el trabajo que ella ha echo por ti.
Ahora te pones a pensar que te agradan tanto la convivencia con los duendes que ya la convivencia con tu gente no te interesa tanto pero ellas no están de acuerdo con eso y siempre te ayudaron a salir de la soledad y ellas te están enseñando también qué forma de vida nueba y bonita debes de tener para ti. Mientras dejate concentirte con ellas y deja que te ayuden en todo.
Está es una historia qué comienza y parece que no tendrá fin pero a su vez contiene un final bonito y agradable digno de volver a contarce de nuevo.
Comentarios
Publicar un comentario