Ir al contenido principal

MALDICIONES

Este es un cuento más, con moraleja y con reflexión. Así me llegan las historias y unas me han sorprendido y otras "son puros cuentos" qué de eso me encargo yo, de echarle más azúcar al chocolate y de contar con lo sucedido que a veces no se cuanta experiencia hay de eso. Evitar qué sea perseguida por que al fin y al cabo los cuentos son sólo cuentos y si dijera la verdad en alguno de ellos, sólo él qué sabe de estas cosas sabrá guardar su opinión y reirá en silencio. Ya que mientras no me consta y no investigue a fondo la verdad descanso en lo reconfortante del arte misterioso de contar cuentos improvisados. Y no me cansaré de repetirlo pero hay quienes se aferran a que mis cuentos tienen una chispa de razón y crean o no. Total que un cuento a cualquiera entretiene y le mata el tiempo, no creen?

   Ana Caren se ha preguntado a veces: ¿Se puede vivir con una maldición? Hay personas que viven felices a pesar de su infortunio sin saber de lo que va de tras de esa vida de carencia y sin sentido, pues es lo más natural y generalmente creen que se debe a los astros que deparan el futuro y si es una maldición generacional, podrías vivir una vida ya sea llena de riquezas o llevar una vida tranquila y sufrir una maldición de hace años por algún error familiar y uno sin saberlo. Vivir con cualidades sorprendentes pero con un precio muy alto. Vivir así sin que tengas ni la más remota idea de lo que sucede.

   Lo peor de los casos, poder vivir de una extraña enfermedad y sacar provecho, o morir en el intento. Son varias incógnitas pero si no se le da importancia se podría vivir sin saberlo hasta que llega el curioso y te mete ideas a que empiezas a cuestionarte él por que de las cosas cuando uno no lo hacia antes. Suele suceder con frecuencia.

Cerca de donde vive Ana Caren hay una restaurante y una vecindad muy antigua; en ella vive un viejo, sin un perro que le ladre, sin poder comprar una comida completa dignamente más que para sus tortas. En esa vecindad hay muchas historias que se encierran con un peculiar fin... La vecindad estaba embrujada pues mi mejor amigo me lo a referido y vive ahí. El vagabundo vivía de reciclar pet, todo el día "matándose" recogiendo botellas en la calle para resivir unas cuantas monedas. Habían jóvenes estudiando con padres muy humildes que no tenían ni para pasajes, el vagabundo les ayudaba y estos regalaban sus tortas a cambio, era muy buena persona con un sentimiento hermoso, eso hacia que la misma gente se acerque y le ayudara, el contaba que un día tuvo una vida llena de riquezas más la envidia familiar le fue destruyendo poco a poco hasta dejarlo en la calle. A la vuelta había una piedra que estorbaba a todos los de la vecindad, no faltaba quién se tropezaba con esa "bendita" piedra. 

   A Ana que tenía que pasar por ese mismo lugar, rodeaba la piedra y el asunto se arreglaba, no comprendía por qué la gente de la vecindad terminaban tropezando con la misma piedra. Un día se sentó y pensó en quitar la piedra en su lugar, pero está estaba pesada. Se aferraba en lograrlo, pedía ayuda pero nadie parecía prestarle atención. -Ese no es tu asunto- Dijo una voz, Ana volteó a todos lados, no vio a nadie y prosiguió su camino a casa.

Ana pudo ver cómo volaba la bicicleta del repartidor de periódicos por culpa de la piedra... también vivía en la vecindad. Con lastima decidió entrar a tal vecindad y tratar de ver que sucedía, tenía la sensación que todos estuvieran atados bajo un hilo de mala suerte. Al intentar poner un pie sobre la entrada, alguien la distrajo; un muchacho que sonreía levemente y de pronto "se le vino a la mente" qué tenía que ir a la tienda y se le olvido entrar. Hubo varios intentos fallidos una u otra cosa evitaba que entrara a la vecindad. -Ese no es tu asunto- dijo una voz nuevamente. Suspiro hondamente tratando de buscar un Nicho que le esclareciera luna explicación a esa extraña voz. Efectivamente, encontró uno y pudo darse cuenta que quien la detenía fue obra de un fantasma que no dejaba que ella entrara a la vecindad, por alguna extraña razón llego a sospechar que se trataba de una maldición... -Ese no es tu asunto- volvió a escuchar y se empecino a resar en silencio para ver si podía desbaratar el entuerto con el que se encontraba constantemente, ella se sentía de alguna manera conectada ya que ella tenía que darle la vuelta a la piedra para no tropezar, siempre se daba cuneta cuando se iba acercando al lugar, ¿por qué ellos no?

-Mejor resa por ti, ellos ya no tienen salvación- Jactó la vos en su mente y Ana tuvo algo de miedo y corrió y tropezo con la "bendita" piedra. -Está bien... ahora ya es tu asunto- Sentencio la voz. Un señor que pasaba por la avenida en su coche se detuvo y ayudo a Ana, quién se había lastimado y la llevaron a Ortopedia de la Cruz Roja. Ella le contó a quien le ayudo que viera cómo mover esa roca de su lugar por que ocasionaba muchos accidentes. La enfermera que la atendió, refirió un recuerdo funesto del accidente  que tuvo un muchacho qué era repartidor de periódicos hace muchos años ocasionados por esa misma piedra. Ya lo había visto Aba Caren pero lo ligó a un acontecimiento presente pues lo vio tan nítida mente claro aunque también se acordó que nadie se acerco a auxiliar al accidentado. Se encogió de hombros  y suspiro hondamente. Después de que se recuperó decidió retar al fantasma que impedía que entrara a la vecindad.

   Corrió y corrió, y al detenerse por su cuenta casi se derrapa por detenerse a desviar la roca. Se dio cuenta que está había sido removida por la misma gente que ya no quería ver más accidentados por la roca. Y tuvo la fuerte impresión de que la barrera que impedía que ella entrara a la vecindad se había desecho. Esa vez pudo entrar y vió al vagabundo llorando y abrazando a una muchacha, era su nieta que lo buscaba intensamente antes de que fuera Navidad, por que estaba reuniendo a su familia y todos pensaban que el señor ya había fallecido. Él muchacho que regalaba las tortas al vagabundo tuvo una beca de gobierno qué por años la madre insistía en sacar su beca sin respuestas. 

La fonda de la esquina tuvo una visita extraña y este consumió todo lo que en esa fonda preparaban, escribió su reseña dando magníficos comentarios del restaurante  y está próspero y se baño con adornos navideños por todo el lugar.

En un pozo que se encontraba en la parte de atrás del viejo inmueble encontraron un tesoro que sirvió para mejorar la vecindad, para repartir entre los habitantes. Incluso a Ana Caren también recibió una compensación por su aferramiento en ayudarles para ver que pasaba; que había sido la única qué notaba que algo raro ocurría y quería ayudar a la gente de la vecindad. Ellos mejoraron también su casa en aspectos ocultos pues ella no quería remover el aspecto lóbrego de su hogar, sólo por que sus duendes y hadas se encontraban bien así de echo.

Más a Ana sentía raro que la piedra ya no estuviera ahí, pero de pronto se percató de un accidentado ensangrentado de su cabeza se levantaba poco a poco. Ella corrió a ayudarle y este accedió. -Te juro que no sabía que yo era el entuerto- dijo y sonrió y ella también. Lo acercó al Nicho qué este pidió y se desvaneció.

Ana Caren se pudo haber sentido atraída por aquel muchacho que le impedía el paso; sin embargo, alguna corazonada le decía que no era correcto pero que buen amigo pudiera ser. Llegó a su casa y se encontró con una agradable sorpresa, estaba la casa prendida, y adornada con adornos de navidad incluso con música de villancicos. Su hermana había llegado con sus padres para pasar juntos la navidad. Habían desyerbado la casa y se veá con vida y diferente. Había movimiento y alegría, Caren no está acostumbrada a esos festejos, pero extrañaba a su familia y poco le importaba la Navidad más que pretexto de ver a su familia reunida para esa fechas. Por algún motivo, su papá siempre se encontraba de viaje y nunca podía estar para festejar, por eso había perdido la noción de esas fechas navideñas ya que su casa empezaba a apocarse y le había gustado el aspecto sombrío.

   Recibió un curioso regalo, un libro de pasta dura en blanco y una caja de bolígrafos dorados  para que escribiera sus cuentos con su puño y letra para que perdure años ese Libro en el seno familiar.

Y Colorín colorado, esté cuento se acabo. Fin.

   Espero qué les halla gustado este cuento, por fin y de repente nació un cuento Navideño en mí, cosa muy rara en estos días cuando me la paso melancólica y me deprimo con frecuencia. Sé que no debo de presionar por que esto sale de repente y de ahí que me desespere por no encontrar una pluma  en el momento que me nace la inspiración pero bueno he aquí y cumplido con lo mío, me despido sin más por el momento.

Con torrencial lluvia de estrellitas pañadas de muchas bendiciones para ustedes mis queridos y apreciables lectores y lectoras tengan un excelente día pues el día tiene 24 horas y alcanza muchas cosas por hacer. Espero que con mis actividades cotidianas aflore otro cuento nuevo para mañana Lunes.


Comentarios

Entradas más populares de este blog

Creepypasta: ¿Cómo darle vida a un oso de peluche?

    Después de todo estás escondida, espiándolos. Viendo cómo se besa con tu mejor amiga y ahí están, acariciandoce y seguro no están hablando de ti y tu lloras desconsoladamente con lágrimas torrenciales que caen a tu pecho adolorido y te duele imaginar que todas esas confesiones eróticas a tu mejor amiga que tenías con tu novio, iban hacer el detonante para que tu novio te tronara y tu amiga lo fuera a buscar, para ver si eran cierto esos besos esas caricias que a ti te hacia. Tus ojos están rojos de tanto llorar, aun no puedes digerir la idea de esa carta "misteriosa" que te llego en anonimato con la letra de tu mejor amiga diciéndote la verdad y hasta donde los encontrarías justo ese día. Te dio risa pues tu ya conoces todo de ella hasta su forma de escribir e ingenuamente creería que no te ibas a dar cuenta. Sin embargo, pensaste que se trataba de una broma, ¿verdad? Una inocente broma de su parte, pero sorpresa que fue verdad, vaya hipocresía. No ob...

EL CUENTO DE LA BRUJA Y EL GATO NEGRO

Érase una vez, hace mucho pero mucho tiempo, existía un gato negro qué deambulaba en todo los alrededores de un pueblo. Considerado mágico por la presencia de seres extraordinarios que corrían por la noche. El gato le pertenecía a una señora llamada Doña Carmita era una tejedora y por las tardes le encantaba viajar al centro para alimentar a las paloma. Era una viejecilla gentil enseñaba a las niñas a tejer chambritas para sus muñecas. El gato siempre a un lado de Doña Carmita; las palomas le picoteaban al gato sus orejitas y este sólo sacudía su cabeza sin hacerles daño. Perezoso bostezaba y se extendía para sentir el sol. Era un domingo por la mañana. Doña Carmita tenía la imagen de la mestiza yucateca típica que vestía su hipil con rebozo. Vendía sus artesanías y los supervisores del mercado la dejaban vender, sin meterle problemas por no tener el permiso del suelo pues la mayoría sabía que Carmita era una bruja muy buena persona sin embargo le temían, que por quitarle su mercancí...

¿EL ÚLTIMO CUENTO? MONOLOGO.

   Hola de nuevo, después de tanto tiempo de ausencia hemos entrado en Diciembre y con él se vienen muchas actividades y preparativos, la inspiración se me bloqueo gracias al bendito estrés pero mientras lograba despejar pendientes y cubrir otros asuntos de mi vida, he vuelto a retomar la creatividad e inspiración para volver a escribir. Mientras, ese tic nervioso qué me da en la mano cuando dejo dejo de escribir volvió a aparecer y mi cabeza con un mar de imágenes e ideas para plasmar y escribir en un bloc de no tener tiempo para escribir, son cosas que me ponen de muy mal humor. Pero el que persevera alcanza muchas cosas y casi perdía la paciencia y ahora, he puesto los pies sobre la tierra con la cabeza fresca de ideas nuevamente para sentarme la semana completa a escribir y escribir como cuando empecé el primer día.    -"De que te gusten mis cuentos, te lo agradezco, de qué creas o no lo que narro me importa poco, cada escritor es un mundo diferente y ...