Hola, de nuevas cuentas a gusto de volver a escribirles por aquí. Estamos en Diciembre y la melancolía alberga a las personas ancianas; así cómo me lo ha referido mi amiga Victoria de ochenta años de edad. Qué fui a verla un día en que la lluvia me agarró por el camino. Era un día lóbrego pero tranquilo, los recuerdos afloran nuevamente y a veces yo suelo deprimirme.
Al llegar, ví que tenía una carta en sus manos mientras trataba de reponerse de un llanto incontenible para poder contármelo. Cerró el sobre nuevamente y lo dejó en su buro, se sumió en un suspiro profundo; secó sus ojos con un pañuelo, me hizo la señal de que me sentara a un lado; hubo una pausa y empezó a hablar: -"Hace algunos años tuve un beso que marco mi existencia dentro de un sueño"-, Sí ese beso sucedió en un sueño pero le pareció tan real que le marco toda su vida-
Doña Victoria se hizo secretaria de una primaria particular dedicándose al trabajo y a su estudios. Llevaba una vida hogareña y calmada, sus padres eran muy pobres. Cada que sufría una desilusión amorosa cerraba sus ojos y volvía a recordar ese sueño, de aquél beso cómo si hubiese sido real. Todo por que hubo escándalo con esa amistad los padres se oponían a que se vieran pero; sin embargo, os chicos sentían algo especial más que amistad. Desgraciadamente el tiempo transcurrió, el chico nunca confesó sus sentimientos pero mientras el imaginaba que la besaba, entonces ella lo soñaba realmente.
Mi amiga, de alguna manera u otra siempre se topaba con amores no correspondidos o con pasiones desenfrenadas qué no debían ser aunque ambas partes así lo quisiesen. Pero las circunstancias no eran las convenientes. Pero ni ella lo afirmaba aunque lo pensara ni él declaraba nada, todo se quedaba así con la apariencia de buenos amigos, nada más.
¡Qué destino tan turbulento!, Cuando tenía sus cuarenta y cinco años se enamoró de un gran maestro. Él tenía mucha empatía con ella pero el estaba casado y su matrimonio era el orgullo de su familia. Pero ella igual era casada aunque su esposo gran parte del tiempo la dejaba sola pero cuando estaban juntos no había ningún problema porque se llevaban muy bien. Los dos sentían una amistad muy profunda, pero extraña. Pasados tres años empezaron a sentir la necesidad de abrasarse o ser más afectuosos de lo normal. Pero las circunstancias seguían siendo poco favorables y sólo hasta ahí quedaba el "amor".
Pero nuevamente esos sueños eran ocurrentes, mientras el maestro imaginaba que la besaba, Victoria lo soñaba nitidamente como si fuera tan real. Cómo el primer sueño de su infancia- El maestro era muy serio y recto en su trabajo, casi nunca demostraba afecto a nadie y cuidaba muy bien su imagen. Ella se refugiaba en su marido, pero el maestro de alguna manera "la protegía".
Más cierto día en una salida de campo y gracias a un tropezón se besaron. Esto ya había sido planeado por sus alumnos quienes habían querido enfrentarlos para que se dieran cuenta lo que sentían el uno por el otro... aunque estuvieran casados. Entonces se removió nuevamente aquél recuerdo del beso de aquél chico hace tiempo atrás y de que el amor no pudo ser. Inmediatamente se separaron, no hubo expresión alguna en ellos, los alumnos estupefactos ante sus reacciones, no podían creerlo, gran desilusión habrían tenido. Aunque ellos mantuvieron siempre esa discreción si hubo efecto en sus comportamientos, ella empezó a arreglarse más femenina a pesar de su edad y el maestro perdonaba los exámenes. Los chicos comprendieron que nada podían hacer para presionarlos, ellos estaban casados y bien con sus parejas pero sin embargo sentían atracción el uno para el otro, eso se sabía. Los alumnos mantuvieron en secreto ese gran beso que marco nuevamente la historia, y así todos eran felices.
Poco después termino el año escolar, el maestro cambió de plaza porque este enviudo . Victoria ya no volvió a trabajar (temía volver a enamorarse sin ser correspondida, según ella) decidió abrir una pastelería, qué se hizo muy famosa y reconocida en la ciudad de México.
Y así volvieron a transcurrir otros diez años más y mi amiga tenía esa carta ahora en sus manos. Sabiendo qué ella estaba separada de su esposo, (por qué este nunca volvió). Le escribió una carta para pedirle matrimonio a los sesenta años de edad y entonces ya el beso correspondido, las circunstancias ya eran muy favorables y el tiempo era amigable y el destino se ajustaba para estos dos amores.
Así fue que mi amiga Victoria se casó nuevamente, yo fui dama de honor y mis padres dieron el lazo. Entonces fue que aconteció lo inesperado cuando el Padre de la dictaminó:
-"Ahora puede besar a la novia"-
Entonces el primer beso de la infancia volvió a hacerse presente de aquella década, seguido de los cuarenta hasta los sesenta. Tres intentos después de mantener la distancia y aislarse de ellos mismos lograron concluir su amor. Sus hijos ya grandes fueron quienes aprobaron la unión
A veces las circunstancias no son las correctas pero el sentimiento amoroso sigue siendo igual, es difícil que cambie con el tiempo. Pero es la prudencia de ellos son los que hicieron negras sus existencias sin permitirse errar por el amor ni a escondidas por el maldito carácter de una y la ética del otro, perdieron la juventud y hermosos momentos. Pero sin embargo, el tiempo los ha recompensado y después de tanto sufrir, los volvió a reunir.
Qué linda historia, ¿Verdad? Uno nunca sabe cuando el destino virará drásticamente aquí salieron muchas moralejas pero esas si que las actualizaré en este artículo. También los vivos tenemos experiencias terrenales muy bonitas y gratificantes que debemos dejar descansar a los muertos pues estos ya tuvieron su vida bien vivida.
Es todo por hoy y me despido con mucha alegría deseándoles lo mejor para este inicio de semana y nuevos cuentos diarios leerán cada día, así llueva truene o relampaguee aquí me verán escribiéndoles desde las siete de la mañana, una hora diaria pero de calidad y de entretenimiento y con mis lluvias torrenciales de estrellitas que caigan sobre sus hombros miles de bendiciones, este cuento se acabo, fin.
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